martes, 13 de agosto de 2019

13. LA LIBERTAD CAUTIVA(DA) DE(POR) LA FE.

Retrato de Roscio (Salón Azul, Capitolio Federal, Caracas)
En el prólogo que escribió Domingo Miliani (1934-2002) para la edición caraqueña de El triunfo de la libertad sobre el despotismo, la cual publicó la Biblioteca Ayacucho en 1996, afirmó que en esta obra Juan Germán Roscio Nieves (1763-1821) "estaba convencido de que la mejor refutación a los fariseos doctrinarios de la Iglesia se hallaba en los propios textos sagrados de las Escrituras. Rebatir con tales argumentos desarmaba a los traficantes y afianzaba una fe militante por la Independencia, entre las mayorías cristianizadas, para librarlas de la sumisión a la monarquía". Para ello, Roscio concibió esta obra con la finalidad de "sentar las bases de una teología de la emancipación, opuesta a la teología feudal".
Y es que cuando fue publicada por primera vez en Filadelfia, por la Imprenta de Thomas H. Palmer en 1817, el autor argumentó como hiciera San Agustin en sus Confesiones, esto es, dirigiéndose a Dios como su interlocutor; asimismo, se expresó con sustento en razones teológicas del propio San Agustín y de Santo Tomás, no obstando que introdujo con disimulo ideas ilustradas.
Con una ideología que muestra correspondencias con las enarboladas por José María Morelos y Pavón (1765-1815), Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811), y otros importantes insurgentes novohispanos, pero que fue ajena a Simón Bolívar (1783-1830) y José Francisco de San Martín (1778-1850), aunque Miliani la extiende como clara influencia hacia Benito Juárez (1806-1872), Roscio acudió para fundamentar sus ideas a los textos bíblicos y de la Patrística con el propósito de buscar y encontrar en ellos las bases para una teología de la emancipación, que pudiera oponerse a la teología que legitimaba el orden colonial.
Luego de la primera edición, siguieron otras cinco de esta obra publicadas en Estados Unidos y México, la última en 1857, y luego decayó su interés por casi un siglo, hasta que Pedro Grases González la rescató y publicó en Caracas en 1953. De esta manera, las dos primeras ediciones se hicieron en Estados Unidos y las cuatro restantes en México: dos en la capital (en 1824 y 1857), una en Guadalajara (en 1823) y otra en Oaxaca en 1828.
Edición omitida por Miliani.
En la relación de las ediciones que contempló Miliani es de notar una ausencia: se trata de la publicación que realizó Urbano Sanromán (último tercio del siglo XVIII-1876) en Guadalajara en 1823, de la cual hemos conocido un ejemplar que en 1880 pertenecía a la biblioteca de la Sociedad Mutua del Ramo de Sastrería, la cual existió en la ciudad de México entre 1864 y 1895.
El impresor Sanromán además de este oficio fue político y diputado tapatío del Congreso Provincial de 1822, y diputado del Congreso Constituyente de 1823. Adquirió su imprenta en 1821 y la mantuvo activa hasta 1833. En el año en que publicó la obra de Roscio, se imprimieron otros cinco libros en sus prensas, además de gran cantidad de folletos y algunas publicaciones periódicas.
Es de notar que Urbano Sanromán era católico y -según cita Ramiro Villaseñor al cronista de Zapopan, Jalisco, Salvador Silva Velarde- en el año de 1821 a iniciativa suya se tomó el acuerdo de imponer las insignias de general a la Virgen de Zapopan por haber estado presente en el acto de unión de fuerzas del general don Pedro Celestino Negrete y don Agustín de Iturbide, el 13 de junio del año mencionado. En consecuencia, el 15 de septiembre de ese mismo año se hizo la proclamación como general de la Virgen de Zapopan colocándole la banda azul y el bastón de oro que son propios de ese grado militar.
Todo esto nos habla de un tiempo en que los novohispanos de cierta educación soñaron con ser independientes, y en su sueño Dios y su corte celestial estarían de su lado, y se cumpliría la promesa libertaria que pensaban haber encontrado en las Escrituras y los textos de los Santos Padres, pero era una promesa que por cierto no contemplaba poner la otra mejilla ante una agresión.
Es posible que esto nos parezca ingenuo y nos provoque una sonrisa. No obstante, podemos imaginar ese mundo pretérito y notar que no por distante está menos presente en nuestros días, más aún si tomamos como superficie refractaria de esas ideas la Guerra de Castas (culto de la Cruz Parlante), la Guerra Cristera y la teología de la liberación que aún tienen presencia hoy.
La importancia de Roscio en nuestros días es notoria como podemos apreciar en los estudios que se realizan de su obra, ya que en ella se encuentran ideas modernas en estado embrionario, tales como los derechos de género, el derecho a la soberanía y el ejercicio de la democracia, entre otros.

Bibliografía
Miliani, Domingo. (1994). Juan Germán Roscio, héroe intelectual. En: Roscio, Juan Germán. El triunfo de la libertad sobre el despotismo. Prólogo, cronología y bibliografía Domingo Miliani. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1996.  p. ix-xli.
Roscio Nieves, Juan Germán. (1823). El triunfo de la libertad sobre el despotismo, en la confesión de un pecador arrepentido de sus errores políticos, y dedicado a desagraviar en esta parte a la religión ofendida con el sistema de la tiranía. Su autor, J.G. Roscio. Tercera impresión. Guadalajara: En la oficina del ciudadano Urbano Sanroman.
Villaseñor Villaseñor, Ramiro. (1977). Urbano Sanromán, primer editor de Guadalajara y del federalismo: estudio bibliográfico de su imprenta. Guadalajara: Poderes de Jalisco.

jueves, 25 de abril de 2019

12. UN MISTERIO ROBINSONIANO PARA INFANTES

Hace algunos años, llegó a mis manos la traducción de una adaptación infantil del Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Sus datos son los siguientes:

Edición de Araluce, entre 1914 y 1920
Defoe, Daniel. (s.d.). Robinsón Crusoe. Explicadas a los niños por Jeanie Lang; con ilustraciones en color de W.B. Robinsón; versión castellana de Manuel Vallvé. Barcelona: Editado por Ramón de S. [San] N. [Nicolás] Araluce. (Colección Araluce. Las obras maestras al alcance de los niños
128 páginas: 8 ilustraciones a color; 15 cm

Podemos ver que esta traducción con fecha no identificada la hizo Manuel Vallvé, un escritor que desde los años veinte inició su dedicación a la literatura infantil y juvenil, y quien después debió dedicarse también a la traducción.
Asimismo, es de notar que todas las obras de esta colección de Araluce tuvieron licencia eclesiástica del Vicariato Capitular de la Diócesis de Barcelona, la cual fue expedida el 21 de octubre de 1914.
Las ilustraciones son reproducciones fotomecánicas de pinturas a color, con influencia impresionista, que están firmadas por Will Bennet Robinson.
La encuadernación es original en lino café con gofrados dorados en la primera de forros y en el lomo, el cual remata con cabezada superior y listón separador. Una de las ilustraciones está adherida a la primera de forros dentro de un marco gofrado. Además, el canto superior tiene rastros de doradura. 
Daniel Defoe (Londres, 1660?-Moorfields, actual Reino Unido, 1731) fue escritor y periodista inglés. Su Robinson Crusoe puede ser leída como una reflexión acerca de la naturaleza humana y sobre varias cuestiones de interés tanto filosófico como para la psicología.
En la guarda de esta copia, encontramos la siguiente anotación manuscrita:

A nuestro querido sobrino
Tonito en recuerdo del
brillante resultado de sus
estudios en el 1º año
superior
Sus affmos
tíos
Paco y Quimo
Guadalajara julio de 1920

Este apunte nos permite inferir que la impresión de esta obra debió realizarse a más tardar en el año 1920, y no como afirmó Santiago Hortelano Pastor (1976) cuando aseguró que Manuel Vallvé hizo la traducción posiblemente en 1942. Al respecto, este autor realizó una revisión de versiones españolas de Robinson Crusoe a partir de las existencias de la Biblioteca Nacional de España, en donde encontró las ediciones 5ª (de 1942?) y 6ª (de 1956), a partir de las que hizo varias inferencias erróneas.
Si consideramos que la editorial Araluce empezó a producir en 1912, y que la colección de la que forma parte esta obra obtuvo la licencia eclesiástica en 1914, tenemos que esta impresión debió hacerse entre las primeras de esa institución.
Los tíos Paco y Quimo que menciona la dedicatoria fueron Francisco de Paula Fernández del Valle y Martínez-Negrete, y Joaquina Caro y Szechenyi de Fernández del Valle. Es probable que ellos hayan comprado este volumen en la Librería de Juan Kaiser, de Guadalajara, pues está el sello de tinta oval de ese establecimiento. Existe otro sello por el que creemos que el libro debió estar antes a la venta en la Librería Herrero de la Avenida 5 de Mayo en la ciudad de México.
Poca información hemos encontrado de este volumen y toda ella presenta fallos o plantea nuevas incógnitas sobre esta obra.
En la portada se indica que el contenido está explicado a los niños por Jeanie Lang y que las ilustraciones en color las hizo W.B. Robinsón. Jeanie Lang (1867-1932), fue autora, editora, vocalista, cantante y adaptadora. Estuvo casada con John Lang. En el catálogo Worldcat, se le atribuyen 51 obras en 219 publicaciones, en cinco idiomas. Sobre el ilustrador, no sabemos más que su nombre.
Edición de T.C. & E.C. Jack,
en coedición.
Ahora bien. Jaime García Padrino (2011)  afirma que Araluce publicó desde su origen títulos de adaptaciones de obras para niños que había publicado la editorial inglesa T.C. & E.C. Jack. Al buscar la obra inglesa que antecedió a la edición de Araluce, encontramos que se menciona a John Lang como adaptador, lo cual se aprecia en el siguiente registro:

Defoe, Daniel. Robinson Crusoe. Told to the children by John Lang; with pictures by W.B. Robinson. London ; Edinburgh : T.C. & E.C. Jack, aproximadamente 1907.
xi, 114 páginas: 8 ilustraciones a color; 15 cm (Told to the children series; 7 / Edited by Louey Chisholm)

y en la portada que mostramos se observa que la obra pronto se coeditó con E.P. Dutton & Co. de Nueva York.
Luego encontramos también lo siguiente:

Edición de E.P. Dutton & Co.,
aprox. 1908.
Defoe, Daniel. Robinson Crusoe. Told to the children by John Lang; with pictures by W.B. Robinson. New York: E.P. Dutton & Co., aproximadamente 1908.
114 páginas: 8 ilustraciones a color; 15 cm (Told to the children series)

que viene a confirmar el vínculo de las dos editoriales, las cuales comparten hasta el nombre de la serie.
En nuestra búsqueda hallamos también lo siguiente:

Defoe, Daniel. Robinson Crusoe. Told to the children by John Lang; with pictures by W.B. Robinson. London; Edinburgh: Published by Thomas Nelson and Sons Ltd., aproximadamente 1928.
viii, 114 pages: 8 ilustraciones a color; 15 cm
Portada de Thomas Nelson and Sons
Ltd., muy similar a la de Araluce.

Podemos notar que estas tres coinciden en el formato casi por completo.
Pero salta a la vista que la edición barcelonesa tiene una gran distinción: Jeanie Lang. ¿Por qué aparece ella y no su esposo en esta traducción? Hotelano Pastor le llamó "Janine Lang", pero eso sólo fue parte de sus desaciertos.
¿Cómo fue el acuerdo comercial entre Araluce y T.C. & E.C. Jack? La mención del nombre de Jeanie en lugar de John ¿no fue motivo de un conflicto? ¿O más bien fue un acuerdo?
Este no es el único misterio que asoma por la desinformación en torno a esta obra, pues el otro se refiere al ilustrador, ya que las ediciones de T.C. & E.C. Jack y de Thomas Nelson and Sons Ltd. indican que trabajaba para ellas como ilustrador William Heath Robinson (1872-1944), pero no mencionan a Will Bennett Robinson. ¿Quién fue este Robinson?
En las ediciones en inglés, John Lang dedicó la adaptación a Alec Corse Scott, hijo de un amigo suyo. En su dedicatoria escribió:

Y cuando tu padre y yo éramos niños,
aunque eso es más bien menos de doscientos años,
solíamos leerlo [el Robinson Crusoe].

La emoción que trasluce esta anotación de Lang para Alec es coherente con el orgullo anglosajón que aún evoca esta obra. Al respecto, escribió Derrida que encontramos en Crusoe toda el alma anglosajona: la independencia viril, la crueldad inconsistente, la tenacidad, la inteligencia lenta y no obstante eficaz, la apatía sexual, la religiosidad práctica y bien equilibrada, así como la taciturnidad calculadora. ¿Pensarían como Derrida los españoles de principios del siglo XX que leyeron la edición que les ofreció Araluce? Otro misterio por resolver.

Bibliografía

García Padrino, Jaime. (2011). La colección Araluce: las obras maestras al alcance de los niños, 1914-1955. Pérès, Christine  (Éd.). Grands auteurs pour petits lecteurs. Manage, Belgique: Lansman Editeur.
Hortelano Pastor, Santiago. (1976). Versiones españolas de Robinson Crusoe en la Biblioteca Nacional. ER review: Spanish journal of English studies, 6, pp. 283-304.
Vomero, Fabricio.(2018). Robinson Crusoe y el problema de la soledad. Localizado: 24 abr. 2019. En: http://articulando.com.uy/crusoe-soledad/



domingo, 21 de abril de 2019

11. VERACRUZ ROMÁNTICO


Mi ejemplar.
He recibido un bello regalo del señor Juan Gonzalo Juárez, quien es hijo del poeta y difusor radiofónico nacido en Veracruz Jorge Ramón Juárez y Muñoz (1913-1990). Se trata del poemario Sonetos para la geografía romántica de Veracruz (México: Ediciones Lascas, 1948).
El Diccionario de escritores mexicanos (México: UNAM, 1977, t. 4, pp. 229-230) indica que Jorge Ramón Juárez cultivó el cuento y sobre todo la poesía en formas de soneto y romance. Su producción abarca publicaciones realizadas entre 1928 y 1984, con su momento de creación más prolífico entre 1945 y 1955. En este gran lapso, fue colaborador de varios periódicos y revistas, entre ellos Fuensanta, América, Nivel, Letras potosinas, Veracruz y Huytlale, esta última editada por Miguel N. Lira.
Esta delicada reunión de sonetos está en formato de cuarto marquilla y fue impresa en su interior con papel Malinche, de manufactura mexicana. La cubierta es de cartoncillo y fue ilustrada, al igual que las viñetas y las palabras capitulares, por Alberto de Velasco Polo (1921-1997).
Desgraciadamente, esta tirada es más apreciada hoy en el extranjero que dentro de México, aunque sabemos que la obra se ha vuelto a imprimir a costa del Gobierno de Veracuz en el marco de los festejos que se empiezan a realizar por el quinto centenario de la llegada de los españoles.
Al adentrarnos en sus páginas se nos presentan panorámicas íntimas de algunas poblaciones principales veracruzanas: Xalapa, Orizaba, Córdoba, Veracruz, Alvarado y Tlacotalpan. Asimismo, hace retratos subjetivos de la orquídea, el flamboyán, la gardenia, el cocodrilo, el tamazate, la camelia y el huachinango.
Un ejemplo es el soneto que dedica a la orquídea:
Alergia del silencio; resonancia
del murmullo fugaz; luna del día;
espacio vegetal; joya sombría;
forma de la recóndita distancia.
Piel del eco nostálgico; fragancia
de la música triste; melodía
del perfume sutil; melancolía
del crepúsculo gris que la substancia.
Del musgo de la luz, de la penumbra,
brota la rara flor que se columbra
-más bien astro que flor- en su retiro.
Nace cuando se muere una sonrisa,
donde evapora lágrimas la brisa,
donde siembra su polen el suspiro.
En esta oleada de versos y encabalgamientos, podemos casi sentir cómo entra el narrador por la tarde al silencioso jardín, que con sus aromas quiere transportarlo, y de repente descubre la orquídea solitaria, que le impresiona y sólo puede describir con la ayuda de metáforas, pues nace con la muerte de la sonrisa y donde la brisa evapora sus lágrimas y el suspiro siembra su polen.
Dibujo de Juárez por su paisano Pruneda.
Se ha comparado el estilo de este poeta con el tropicalismo de Carlos Pellicer; sin embargo, en tanto que Pellicer es extroversión y raya en la alharaca, Juárez es demasiado introvertido e íntimo, apenas revelador de su emoción por el peso de cada palabra en su composición.
Un dato interesante sobre esta obra es que Jorge Eduardo Arellano (Temasnicas.net, 2011, p. 36) afirma tener es su poder un prólogo mecanografiado que redactó Salomón de la Selva (1893-1959) para esta obra, el cual firmó en México, D.F., el 27 de octubre de 1949. Empero, en el colofón de mi ejemplar se indica que la impresión se terminó en la Cooperativa de los Talleres Gráficos de la Nación, el día 23 de diciembre de 1948.
No es raro que ocurran casos de desfases temporales como este, pues podría haberse convenido la añadidura posterior del prólogo, aunque hasta el punto al que ha llegado nuestra investigación no se hizo ni consta en el volumen.
Jorge Ramón Juárez tuvo gran reconocimiento nacional en la década de su máxima creación, aunque hoy ha corrido la suerte de los próceres que sólo se guardan en la memoria de sus paisanos. Sus letras son la mejor muestra de su genio, y no es menuda la labor de investigación que debe hacerse, aunque si hay fuentes para iniciarla.
¡Honor a quien honor merece!

martes, 16 de septiembre de 2014

10. UNA HISTORIA DEL SIGLO XX

El año 1955 fue muy interesante para México, pues Juan Rulfo publicó su Pedro Páramo, Daniel Cosío Villegas sacó a la luz los dos volúmenes de su Historia moderna de México, Zea expuso sobre La filosofía en México y O'Gorman mostró los Documentos para la historia de la litografía en México, además de que salieron importantes estudios del pasado indígena y biografías de Cuauhtémoc, Hidalgo, Mina, Juárez, Villa, y el padre Kino, entre otros.
Según el Anuario estadístico de los Estados Unidos Mexicanos, 1955-1956, se calculaba que había en el territorio casi 29.7 millones de habitantes, de los cuales alrededor de 42 por ciento era menor de edad y 36 por ciento era analfabeto o no se sabía su situación educativa. Además,  44 por ciento vivía en zonas urbanas y 32 por ciento tenía la condición de población económicamente activa que se dedicaba, en poco más de la mitad, a la agricultura y la ganadería.
Gobernaba el país el Presidente Adolfo Ruiz Cortines y era jefe del Departamento del Distrito Federal Ernesto P. Uruchurtu, a quienes les correspondió ser testigos, en este año, de la conclusión del modelo económico de industrialización sustitutiva, que dejó fuertes efectos negativos en la economía mexicana, como: Fluctuaciones en el tipo de cambio, inflación, y déficit en las finanzas públicas, y en particular en la cuenta corriente, creando desequilibrios internos y externos.
Se promulgó en el 55 la Ley para el fomento de las industrias nuevas y necesarias, cuyo ordenamiento permitió que se estableciera un importante número de empresas industriales, fundamentalmente medianas y pequeñas, y que un gran número de talleres se transformaran en pequeñas empresas.
Algunos eventos que marcaron de forma significativa este año en la historia nacional fueron los siguientes:
  • Marzo 12: Los II Juegos Panamericanos se inauguraron en el Estadio Universitario (hoy en día llamado Estadio Olímpico Universitario) de la ciudad de México frente a una asistencia de más de 100,000 espectadores.
  • Junio 21: Se inició la Campaña para Erradicar el Paludismo en México con el apoyo de las Naciones Unidas.
  • Julio 3: Las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto, que se había reconocido como su derecho desde 1953. En esa ocasión, se elegieron diputados federales para la XLIII Legislatura.
  • Julio 20: Falleció Joaquín Pardavé, actor y director de cine de los años de oro del cine mexicano.
  • Septiembre 1: Adolfo Ruiz Cortines informó al Congreso sobre la creación del Instituto Nacional de Bienestar a la Infancia que, entre otras funciones, debería combatir la desnutrición y la poliomielitis.
Antonio Castro Leal.
En este ambiente, se publicó en el número de septiembre-octubre de 1955 de la revista Cuadernos americanos un relato singular de ciencia ficción titulado Una historia del siglo XX, de Antonio Castro Leal, que fue calificado por la SFE: The encyclopedia of science fiction de "ejercicio satírico en historia latinoamericana visto desde el punto de vista del siglo XXVIII  [i.e. XXX]".
El autor, Antonio Castro Leal (1896-1981), fue un abogado y escritor potosino de gran renombre, que formó parte del grupo llamado "Los siete sabios". Es de destacar que fue el último rector de la Universidad Nacional de México, antes de la autonomía universitaria (1929), y que ocupó diversos puestos como funcionario público dentro y fuera del territorio mexicano. Además de los reconocimientos que recibió, son muy conocidos sus estudios sobre Juan Ruiz de Alarcón, Salvador Díaz Mirón, Carlos Chávez, Luis G. Urbina, Manuel José Othón, Cervantes y Shakespeare, entre muchos otros.
Una historia del siglo XX empieza con la presentación de la obra ficticia La restauración de la nobleza en el Continente Americano durante el siglo XX, del profesor Mamertín Chevalier, la cual habría recibido el premio de erudición e historia del Ministerio de Instrucción Pública de Francia en el año 2987.
La importancia de la obra de Chevalier -escribió Castro Leal- sería porque vendría a aclarar dudas planteadas por los americanistas desde el siglo XXVIII, por lo cual a continuación se publica íntegra en sus 14 partes, las cuales resumimos a continuación:
I. La desaparición misteriosa y acelerada de los centros de población del Continente Americano en el siglo XXIII se debió a un raro hundimiento y a la cristalización de los lodos, entre los cuales se  realizaron excavaciones con magníficos descubrimientos que revelaron cómo fue la vida americana, especialmente en el siglo XX. El máximo hallazgo fue una casa que contaba con una biblioteca de historia.
II. A partir del siglo XX, se perfilaron las cuatro grandes federaciones de Estados que dominaban el mundo en el siglo XXIII: Los Soviets Antiprohibicionistas del Occidente, las Repúblicas Liberales del Oriente, las Comunidades Orientales del Sol y las Repúblicas Bolivarianas del Continente Americano, en donde se encontraba la Zona de la Altiplanicie.
III. Presentación de la hipótesis de que las Repúblicas Bolivarianas prosperaron y adquirieron poder político debido a la restauración de la nobleza en sus inmensos territorios.
IV. Planteamiento de que la mujer alcanzó en el siglo XX su máxima influencia en la sociedad humana, llevando al hombre a convertirse en su esclavo.
Portada del sobretiro.
V. A mediados del siglo XX sobrevinieron crisis que disminuyeron la productividad económica del hombre, quien no ganaba lo suficiente para conservar el lujo y las comodidades de la mujer. Esta situación preocupó a las mujeres y les llevó a unirse en clubes políticos, centros de estudios económicos y sociales, institutos de investigaciones sobre las técnicas políticas masculinas y asociaciones de organización, propaganda y espionaje.
VI. Los centros de estudios económicos femeninos se enfocaron en una invención de los políticos de mediados del siglo XX: La "Sociedad en Comandita de Pérdidas Ilimitadas", que consistía en encontrar un socio que aportara todo el capital y absorbiera, sin limitación alguna, todas las pérdidas. Esta forma de sociedad se practicó ampliamente por los políticos de la época, pero las mujeres de las Repúblicas Bolivarianas de la Altiplanicie descubrieron su mecanismo y lo denunciaron, conminando a la población a revertir sus efectos, lo cual mejoró la situación económica y el hombre pudo seguir consintiendo a la mujer.
VII. La economía basada en los metales había sido sustituida por certificados de papel y, desde el siglo XVIII, por el crédito, de modo que en el siglo XX la economía llegó a tolerar que la moneda descansara sobre la base del 50 por ciento de oro y 50 por ciento de crédito. Sin embargo, nuevas escuelas de economía acabaron reduciendo la base de oro a cero, por lo que la moneda descansaba totalmente sobre el crédito. Entonces, la gente comenzó a ahorrar y a comprar oro, lo que generó grandes preocupaciones en el gobierno, por lo que éste empezó a poner todo tipo de obstáculos administrativos y económicos para la adquisición del metal. Esto llevó a la población a buscar valores de cambio alternativos: Las vitaminas y los antibióticos.
VIII. Se seguía gobernando mal y ello motivó a los espíritus libres a fomentar la revolución. Las mujeres se dieron cuenta del ardor de los hombres y tuvieron dudas y momentos contradictorios, hasta que descubrieron sus intenciones revolucionarias.
IX. Las mujeres se organizaron para impedir que los hombres hicieran una revolución, por lo que éstos tuvieron que retardar la fecha del golpe. Así, las mujeres descartaron la violencia y consideraron indispensable un cambio de todos los miembros del gobierno. Con estas premisas, una de sus comisiones técnicas demostró que en las Repúblicas Bolivarianas nunca había existido la noción de "servicio público", sino únicamente el concepto de "encomienda", de modo que ningún funcionario público desempeñaba un cargo público, sino que todos gozaban de una encomienda. Siguiendo este razonamiento, las mujeres terminaron sus estudios justo cuando los hombres empezaban a impacientarse y se disponían a lanzarse a la revolución.
X. Se reunieron los hombres y las mujeres que dictaminaron sobre la administración pública, quienes hablaron de la necesidad de hacer una revolución para sostener y salvar el gobierno, pasando a exponer su plan, el cual fue aprobado y se empezaron a tomar las disposiciones necesarias para llevarlo a la práctica.
XI. El plan de las mujeres descansaba en un principio fundamental: Las diferencias entre los privilegios y el poder. En consecuencia, había que dejar el goce de los privilegios a los miembros del gobierno y quitarles el ejercicio del poder. Entonces, una comisión femenina, con un representante masculino, redactó un reglamento para restablecer la nobleza en las Repúblicas Bolivarianas a través de un cuerpo nobiliario limitado en número, que incrementaría sus filas periódicamente y sería sostenido con fondos públicos. El cuerpo nobiliario constaría de un Gran Archiduque sexenal, que luego de su período conservaría el nombre de "Archiduque"; doce Grandes Duques nombrados por el Gran Archiduque en turno, que luego de su período se llamarían "Duques"; treinta Marqueses y el Gran Colegio de Electores. El Gran Archiduque y los Grandes Duques vivirían en palacios instalados en las grandes praderas del Chapulín. Los títulos no serían hereditarios, al tiempo que si un noble quería participar en la política debería renunciar a su título y propiedades.
XII. Al presentar el reglamento en una gran asamblea, se objetó que la Constitución prohibía los títulos nobiliarios, pero este punto se aplazó hasta considerar las demás objeciones. Finalmente, los constitucionalistas, los historiadores, los economistas, los valuadores, los contadores, los especialistas en heráldica, los delegados de la Iglesia, el municipo y las agencias de turismo aceptaron.
XIII. Se compraron grandes lotes en las praderas del Chapulín y, cuando llegó el día nacional y desfilaban frente al Palacio Nacional las grandes unidades del ejército, la policía municipal, el Colegio Militar y la Academia Naval, una comisión de señoras pidió urgentemente hablar con el Presidente, exponiéndole en cinco minutos el plan: O el título de Gran Archiduque o la horca. El Presidente se reunió con sus ministros y contrapropuso que se agregara al cuerpo nobiliario unas cámaras de diputados y senadores, lo cual rechazaron enérgicamente las mujeres.
XIV. Ese día, ante la expectación y el júbilo del pueblo, salieron del Palacio Nacional el Gran Archiduque, los Grandes Duques, muchos Marqueses y casi todos los miembros del Gran Colegio de Electores. Desde entonces, empezó un gobierno libre y verdaderamente representativo, así como una prosperidad sin precedentes, que se extendió del siglo XX hasta bien entrado el siglo XXIII.
Se pueden notar con facilidad las correspondencias que guarda esta historia con el momento histórico que se vivía en México en su año de publicación: Una crisis económica, el ascenso de la mujer al voto y una crítica satirizada de la situación política, que tenía como actores a quienes habían traicionado los ideales de la Revolución Mexicana.
Es sin duda una obra muy agradable y deslumbrante, de uno de los pensadores más lúcidos que ha tenido México, pero que aún espera una justa valoración de su obra.

domingo, 3 de agosto de 2014

9. PERIPECIAS DE UN SOL VESTIDO DE LETRAS

Alfonso Reyes
Alfonso Reyes (1889-1959) fue un intelectual mexicano con gran proyección internacional, que es muy recordado por sus obras y por las instituciones culturales y educativas en cuya fundación intervino.
En 1936, publicó en la Editorial Fábula su libro Otra voz, que incluyó su poema Sol de Monterrey, el cual se volvió a imprimir en 1945 en la compilación Romances (y afines), que hizo Editorial Stylo dentro de su colección Nueva floresta. Este poema tiene 63 versos de un tono juguetón, como vemos enseguida:
No cabe duda: de niño
a mí me seguía el sol.
Andaba detrás de mí
como perrito faldero;
 despeinado y dulce,
 claro y amarillo:
 ese sol con sueño
 que sigue a los niños.
Saltaba de patio en patio,
se revolcaba en mi alcoba.
Aun creo que algunas veces
lo espantaban con la escoba.
Y a la mañana siguiente,
ya estaba otra vez conmigo,
 despeinado y dulce,
 claro y amarillo:
 ese sol con sueño
 que sigue a los niños.
(El fuego de mayo
me armó caballero:
yo era el Niño Andante,
y el sol, mi escudero.)
Todo el cielo era de añil;
toda la casa, de oro.
¡Cuánto sol se me metía
por los ojos!
Mar adentro de la frente,
adonde quiera que voy,
aunque haya nubes cerradas,
¡oh, cuánto me pesa el sol!
¡oh, cuánto me duele, adentro,
esa cisterna de sol
que viaja conmigo!
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.-
Cada ventana era sol,
cada cuarto era ventana.
Los corredores tendían
arcos de luz por la casa.
En los árboles ardían
las ascuas de las naranjas,
y en la huerta en lumbre viva
se doraba.
Los pavos reales eran
parientes del sol. La garza
empezaba a llamear
a cada paso que daba.
Y a mí el sol me desvestía
para pegarse conmigo,
 despeinado y dulce,
 claro y amarillo:
 ese sol con sueño
 que sigue a los niños.
Cuando salí de mi casa
con mi bastón y mi hato,
le dije a mi corazón:
-¡Ya llevas sol para rato!
Es tesoro, - y no se acaba:
no se acaba, - y lo gasto.
Traigo tanto sol adentro
que ya tanto sol me cansa.-
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.
Al leerlo, notamos que Reyes juega con el sol al igual que con sus recuerdos, tratándolo así en dos formas: ahora el sol es una permanencia o ahora es una remembranza. En este ir y venir, introduce descripciones junto con metáforas muy hermosas, algunas analógicas y otras que juegan con un contexto de expresiones muy mexicanas: ¡Ya llevas sol para rato!
Asimismo, algunas de sus metáforas son un deleite, como "a mí el sol me desvestía para pegarse conmigo", que juega con un erotismo casi recién descubierto por el narrador.
Anthologie, 1952
En los años 1952 y 1958, con el patrocinio de la UNESCO se publicaron traducciones de este poema al francés y al inglés, como parte de una antología conformada por Octavio Paz (1914-1998). La edición francesa se tituló Anthologie de la poésie mexicaine, y fue presentada por el diplomático y poeta francés Paul Claudel (1868-1955), en tanto que la inglesa se llamó Anthology of mexican poetry y su presentación fue encargada al académico clásico inglés Cecil Maurice Bowra (1898-1971). El poeta, traductor y editor turco-francés Guy Lévis Mano (1904-1980) tuvo el encargo de la traducción al idioma galo, mientras que el novelista y dramaturgo irlandés Samuel Beckett (1906-1989) se encargó de la traducción al inglés.
Al comparar las traducciones con el original en español podemos notar los problemas que enfrentaron los traductores y las soluciones que escogieron. En general, el poema salió bien librado en las traducciones, pero no deja de llamar nuestra atención el encontrar algunas decisiones que se tomaron en los idiomas destinatarios, o sea, el francés y el inglés. Veamos a continuación cinco casos que consideramos más notables:
1) Versos tres y cuatro.
Español (ESP): Andaba detrás de mí / como perrito faldero...
Francés (FRA): Il allait derrière moi / come un petit chien...
Inglés (ING): It followed at my heels / like a Pekinese...
Observaciones:  Son dos las que podemos hacer sobre las traducciones de estos versos:
A. En la traducción inglesa, el sol le pisaba los talones al narrador.
B. El perrito faldero no tenía un equivalente exacto en los otros idiomas, por lo que en francés se decidió referise al tamaño, y en inglés a una raza.
2) Versos siete y ocho:
ESP: ...ese sol con sueño / que sigue a los niños.
FRA: ...ce soleil ensommeillé / qui suit les enfants.
ING: ...the sun that sleepy dogs / the footsteps of the child.
Observaciones:  La traducción que hizo Beckett es muy interesante, pues elaboró una metáfora del sol comparándolo con los sabuesos que siguen las huellas del niño.
3) Versos 21 y 22:
ESP: ...yo era el Niño Andante, / y el sol, mi escudero.
FRA: ...j'étais l'Enfant Errant, / et le solei, mon Ecuyer.
ING: ...I was the Child-Errant / and the sun my squire.
Anthology, 1958
Observaciones: Debemos notar aquí dos decisiones que se tomaron:
A. El Niño Andante hace una clara referencia al Caballero Andante, en clara alusión quijotil. No obstante, al traducirlo a los otros idiomas se utilizó la figura del Niño Errante o vagabundo, con lo que el sentido cambió.
B. El cambio anterior generó dos interpretaciones del sol en el verso 22, pues en francés ecuyer se refiere a una persona que monta caballo, o sea, que el niño errante -que es caballero- lleva al sol montado. En inglés la cosa quedó distinta, pues el niño errante caballero lleva al sol como escudero.
4) Verso 27:
ESP: Mar adentro de la frente,...
FRA: Au large de mon front,...
ING.:  A sea inside my skull,...
Observaciones: El sentido adjetival de "mar adentro" junto con el sustantivo "la frente" hace metáfora al pensamiento. Sin embargo, en francés se intentó hacer una traducción lo más cercano a lo literal, en tanto que al traducirlo al inglés nos encontramos un mar dentro del cráneo.
5) Versos 58 y 59:
ESP: Es tesoro, - y no se acaba: / no se acaba, - y lo gasto.
FRA: C'est un trésor, - qui ne s'épuise pas: / je ne l'épuise, - pourtant je le dépense.
ING: It is a hoard - unending, / unending - that I squander.
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Observaciones: En su traducción, Lévis Mano presenta lo que dicen los versos como una consecuencia lógica, pues al no acabarse el tesoro, entonces se tiene que consumir. Por su parte, Beckett tradujo que al no tener fin el tesoro, se le malgasta.
Hay otras varias consideraciones que podríamos hacer sobre este poema y sus traducciones. Tenemos entonces, en esta muestra, que las diferencias idiomáticas y culturales plantearon problemas a los traductores, y que los resolvieron tratando de cuidar el sentido del Sol de Monterrey lo más posible, en el caso francés, y adecuándolo al mundo anglosajón en el proceder de Beckett.
Un proverbio italiano dice traduttore, traditore, haciendo referencia a que la traducción traiciona o puede ser traicionera. A pesar de ello, es bien seguro que estas traducciones de Lévis Mano y Beckett debieron servir para expandir la fama de Reyes en el mundo y el conocimiento de la cultura mexicana.

jueves, 3 de julio de 2014

8. ¿EL BIBLIOTECARIO BAJO LA LLUVIA?

El escritor Juan Villoro fue invitado por Sandra Félix, de la Compañía Nacional de Teatro, para preparar una obra teatral fuerte para la inauguración, en el año 2013, del Foro Polivante “Antonieta Rivas Mercado” de la Biblioteca de México “José Vasconcelos”, que por entonces aún nombraban “La Ciudad de los Libros”.
Además, con la obra de Villoro se proyectó iniciar la colección de dramaturgia de la Editorial Almadía.  De esta manera, se terminaron de imprimir cinco mil ejemplares de un pequeño volumen de 61 páginas a fines de mayo de 2013.
Al respecto de su obra, dijo Villoro que “el protagonista del monólogo es un bibliotecario, entonces es una reflexión sobre los libros”, a lo que agregó más tarde una sentencia tan críptica como que “mientras haya la necesidad de que los libros pasen de mano en mano, mientras las manos de los lectores sean importantes como un vínculo afectivo e intelectual entre los que van tejiendo el camino de la lectura, los bibliotecarios serán imprescindibles”. O sea, que habrá bibliotecarios mientras haya lectura y lectores.
El resultado de la labor creativa de Villoro fue Conferencia sobre la lluvia, que es un monólogo con un personaje único que fue caracterizado por Diego Jáuregui, de la Compañía Nacional de Teatro, desde el estreno el 28 de agosto de 2013, y que ha tenido hasta tres temporadas en la ciudad de México, además de presentaciones en Coahuila en mayo de 2014.
La recepción de esta obra fue diversa ante los ojos de quienes la leyeron o vieron, pues unos consideraron que el personaje era sólo un bibliotecario (el propio Juan Villoro y Fernando García Ramírez), o bien un bibliotecario:
  • que ha perdido sus papeles, la compostura..., el guión de su vida (Profética)
  • que conoce los secretos de los libros, ha leído en ellos historias que le han marcado para siempre, y admite la posibilidad del encuentro amoroso en el azaroso intercambio de los volúmenes que habitan una biblioteca pública... (Juan Hernández)
  • que se confiesa (Sandra Félix)
  • que es conferencista (CONACULTA)
En la cuarta de forros del libro nos dice que el personaje es un conferencista protagonizado por un bibliotecario. Por su parte, Mónica Maristain vio que el personaje es alguien que habla sobre un bibliotecario que revalora la palabra escrita.
La lectura del texto publicado por Almadía y esta dispersión de sentidos en quienes también leyeron o vieron la obra, nos lleva a preguntarnos cuál es la imagen del bibliotecario que expresa la Conferencia sobre la lluvia de Villoro.
Una primera lectura del texto nos aclara que el personaje es un lector contumaz que se niega a reconocerse como escritor en ciernes, pero que afirma ser un bibliotecario y hace esfuerzos a lo largo del texto para mostrar que esa es su identidad. Su monólogo alterna descripciones de la biblioteca en la que trabaja –que no parece ser una biblioteca pública, pues tiene una “Sección de Textos Restringidos”– y su biblioteca personal. También se alternan las actividades de leer y ordenar o clasificar, con preponderancia de la primera, que parece consumir todo su tiempo.
Este presunto bibliotecario obtuvo el trabajo en la biblioteca como un favor de un personaje público, aunque no parece tener el menor interés en el acervo ni en los usuarios, pues sólo le interesa leer, incluso cuando tiene junto a él una cubeta donde caen las gotas de lluvia que se cuelan por las grietas del techo.
Dejando de lado al personaje que describe su biblioteca personal, y limitándonos al trabajador de la biblioteca institucional, encontramos un discurso que oscila entre el orden y el caos: El orden que impone la ubicación, clasificación y ordenación de los libros, como opuesto al caos de la vida del bibliotecario-no escritor.
El monólogo inicia con una situación de descomposición del estado ordenado para adentrarnos en el caos, que se expresa de modo confesional, como si el personaje nos declarara lo que le ocurre. El pretexto para hacerlo es la pérdida de los papeles para dar una conferencia y el hablar y hablar por hablar.
En todo momento se muestra el personaje como un conocedor de la literatura, más que como un bibliotecario, quizá por su condición de haber recibido el trabajo bibliotecario como una dádiva –como a menudo ocurre– o porque el narrador no conoce muchas bibliotecas institucionales por dentro, sino sólo como usuario.
Algunos rasgos de la prosa que usa Villoro son memorables, pues su texto abunda en aforismos. Tenemos así que “incluso los libros distantes o inconseguibles ocupan un anaquel imaginario” o que “una biblioteca es un banco de ojos. Aquí están las miradas que han donado los lectores”.
Pero, ¿qué imagen nos da esta obra del bibliotecario? La de un sujeto lector, sólo preocupado por ordenar y clasificar, para poder ubicar los libros, pero ajeno a su realidad, por lo que su vida es un caos, y alejado de las personas, y metido en las rutinas, y más parecido a un bibliómano por las continuas referencias a su biblioteca personal.
Viéndolo bien, más parece que Conferencia sobre la lluvia trata de un escritor en ciernes (quizá eternamente en ciernes) en vez de ser sobre un bibliotecario, tal vez debido a una traición al subconsciente.