martes, 16 de septiembre de 2014

10. UNA HISTORIA DEL SIGLO XX

El año 1955 fue muy interesante para México, pues Juan Rulfo publicó su Pedro Páramo, Daniel Cosío Villegas sacó a la luz los dos volúmenes de su Historia moderna de México, Zea expuso sobre La filosofía en México y O'Gorman mostró los Documentos para la historia de la litografía en México, además de que salieron importantes estudios del pasado indígena y biografías de Cuauhtémoc, Hidalgo, Mina, Juárez, Villa, y el padre Kino, entre otros.
Según el Anuario estadístico de los Estados Unidos Mexicanos, 1955-1956, se calculaba que había en el territorio casi 29.7 millones de habitantes, de los cuales alrededor de 42 por ciento era menor de edad y 36 por ciento era analfabeto o no se sabía su situación educativa. Además,  44 por ciento vivía en zonas urbanas y 32 por ciento tenía la condición de población económicamente activa que se dedicaba, en poco más de la mitad, a la agricultura y la ganadería.
Gobernaba el país el Presidente Adolfo Ruiz Cortines y era jefe del Departamento del Distrito Federal Ernesto P. Uruchurtu, a quienes les correspondió ser testigos, en este año, de la conclusión del modelo económico de industrialización sustitutiva, que dejó fuertes efectos negativos en la economía mexicana, como: Fluctuaciones en el tipo de cambio, inflación, y déficit en las finanzas públicas, y en particular en la cuenta corriente, creando desequilibrios internos y externos.
Se promulgó en el 55 la Ley para el fomento de las industrias nuevas y necesarias, cuyo ordenamiento permitió que se estableciera un importante número de empresas industriales, fundamentalmente medianas y pequeñas, y que un gran número de talleres se transformaran en pequeñas empresas.
Algunos eventos que marcaron de forma significativa este año en la historia nacional fueron los siguientes:
  • Marzo 12: Los II Juegos Panamericanos se inauguraron en el Estadio Universitario (hoy en día llamado Estadio Olímpico Universitario) de la ciudad de México frente a una asistencia de más de 100,000 espectadores.
  • Junio 21: Se inició la Campaña para Erradicar el Paludismo en México con el apoyo de las Naciones Unidas.
  • Julio 3: Las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto, que se había reconocido como su derecho desde 1953. En esa ocasión, se elegieron diputados federales para la XLIII Legislatura.
  • Julio 20: Falleció Joaquín Pardavé, actor y director de cine de los años de oro del cine mexicano.
  • Septiembre 1: Adolfo Ruiz Cortines informó al Congreso sobre la creación del Instituto Nacional de Bienestar a la Infancia que, entre otras funciones, debería combatir la desnutrición y la poliomielitis.
Antonio Castro Leal.
En este ambiente, se publicó en el número de septiembre-octubre de 1955 de la revista Cuadernos americanos un relato singular de ciencia ficción titulado Una historia del siglo XX, de Antonio Castro Leal, que fue calificado por la SFE: The encyclopedia of science fiction de "ejercicio satírico en historia latinoamericana visto desde el punto de vista del siglo XXVIII  [i.e. XXX]".
El autor, Antonio Castro Leal (1896-1981), fue un abogado y escritor potosino de gran renombre, que formó parte del grupo llamado "Los siete sabios". Es de destacar que fue el último rector de la Universidad Nacional de México, antes de la autonomía universitaria (1929), y que ocupó diversos puestos como funcionario público dentro y fuera del territorio mexicano. Además de los reconocimientos que recibió, son muy conocidos sus estudios sobre Juan Ruiz de Alarcón, Salvador Díaz Mirón, Carlos Chávez, Luis G. Urbina, Manuel José Othón, Cervantes y Shakespeare, entre muchos otros.
Una historia del siglo XX empieza con la presentación de la obra ficticia La restauración de la nobleza en el Continente Americano durante el siglo XX, del profesor Mamertín Chevalier, la cual habría recibido el premio de erudición e historia del Ministerio de Instrucción Pública de Francia en el año 2987.
La importancia de la obra de Chevalier -escribió Castro Leal- sería porque vendría a aclarar dudas planteadas por los americanistas desde el siglo XXVIII, por lo cual a continuación se publica íntegra en sus 14 partes, las cuales resumimos a continuación:
I. La desaparición misteriosa y acelerada de los centros de población del Continente Americano en el siglo XXIII se debió a un raro hundimiento y a la cristalización de los lodos, entre los cuales se  realizaron excavaciones con magníficos descubrimientos que revelaron cómo fue la vida americana, especialmente en el siglo XX. El máximo hallazgo fue una casa que contaba con una biblioteca de historia.
II. A partir del siglo XX, se perfilaron las cuatro grandes federaciones de Estados que dominaban el mundo en el siglo XXIII: Los Soviets Antiprohibicionistas del Occidente, las Repúblicas Liberales del Oriente, las Comunidades Orientales del Sol y las Repúblicas Bolivarianas del Continente Americano, en donde se encontraba la Zona de la Altiplanicie.
III. Presentación de la hipótesis de que las Repúblicas Bolivarianas prosperaron y adquirieron poder político debido a la restauración de la nobleza en sus inmensos territorios.
IV. Planteamiento de que la mujer alcanzó en el siglo XX su máxima influencia en la sociedad humana, llevando al hombre a convertirse en su esclavo.
Portada del sobretiro.
V. A mediados del siglo XX sobrevinieron crisis que disminuyeron la productividad económica del hombre, quien no ganaba lo suficiente para conservar el lujo y las comodidades de la mujer. Esta situación preocupó a las mujeres y les llevó a unirse en clubes políticos, centros de estudios económicos y sociales, institutos de investigaciones sobre las técnicas políticas masculinas y asociaciones de organización, propaganda y espionaje.
VI. Los centros de estudios económicos femeninos se enfocaron en una invención de los políticos de mediados del siglo XX: La "Sociedad en Comandita de Pérdidas Ilimitadas", que consistía en encontrar un socio que aportara todo el capital y absorbiera, sin limitación alguna, todas las pérdidas. Esta forma de sociedad se practicó ampliamente por los políticos de la época, pero las mujeres de las Repúblicas Bolivarianas de la Altiplanicie descubrieron su mecanismo y lo denunciaron, conminando a la población a revertir sus efectos, lo cual mejoró la situación económica y el hombre pudo seguir consintiendo a la mujer.
VII. La economía basada en los metales había sido sustituida por certificados de papel y, desde el siglo XVIII, por el crédito, de modo que en el siglo XX la economía llegó a tolerar que la moneda descansara sobre la base del 50 por ciento de oro y 50 por ciento de crédito. Sin embargo, nuevas escuelas de economía acabaron reduciendo la base de oro a cero, por lo que la moneda descansaba totalmente sobre el crédito. Entonces, la gente comenzó a ahorrar y a comprar oro, lo que generó grandes preocupaciones en el gobierno, por lo que éste empezó a poner todo tipo de obstáculos administrativos y económicos para la adquisición del metal. Esto llevó a la población a buscar valores de cambio alternativos: Las vitaminas y los antibióticos.
VIII. Se seguía gobernando mal y ello motivó a los espíritus libres a fomentar la revolución. Las mujeres se dieron cuenta del ardor de los hombres y tuvieron dudas y momentos contradictorios, hasta que descubrieron sus intenciones revolucionarias.
IX. Las mujeres se organizaron para impedir que los hombres hicieran una revolución, por lo que éstos tuvieron que retardar la fecha del golpe. Así, las mujeres descartaron la violencia y consideraron indispensable un cambio de todos los miembros del gobierno. Con estas premisas, una de sus comisiones técnicas demostró que en las Repúblicas Bolivarianas nunca había existido la noción de "servicio público", sino únicamente el concepto de "encomienda", de modo que ningún funcionario público desempeñaba un cargo público, sino que todos gozaban de una encomienda. Siguiendo este razonamiento, las mujeres terminaron sus estudios justo cuando los hombres empezaban a impacientarse y se disponían a lanzarse a la revolución.
X. Se reunieron los hombres y las mujeres que dictaminaron sobre la administración pública, quienes hablaron de la necesidad de hacer una revolución para sostener y salvar el gobierno, pasando a exponer su plan, el cual fue aprobado y se empezaron a tomar las disposiciones necesarias para llevarlo a la práctica.
XI. El plan de las mujeres descansaba en un principio fundamental: Las diferencias entre los privilegios y el poder. En consecuencia, había que dejar el goce de los privilegios a los miembros del gobierno y quitarles el ejercicio del poder. Entonces, una comisión femenina, con un representante masculino, redactó un reglamento para restablecer la nobleza en las Repúblicas Bolivarianas a través de un cuerpo nobiliario limitado en número, que incrementaría sus filas periódicamente y sería sostenido con fondos públicos. El cuerpo nobiliario constaría de un Gran Archiduque sexenal, que luego de su período conservaría el nombre de "Archiduque"; doce Grandes Duques nombrados por el Gran Archiduque en turno, que luego de su período se llamarían "Duques"; treinta Marqueses y el Gran Colegio de Electores. El Gran Archiduque y los Grandes Duques vivirían en palacios instalados en las grandes praderas del Chapulín. Los títulos no serían hereditarios, al tiempo que si un noble quería participar en la política debería renunciar a su título y propiedades.
XII. Al presentar el reglamento en una gran asamblea, se objetó que la Constitución prohibía los títulos nobiliarios, pero este punto se aplazó hasta considerar las demás objeciones. Finalmente, los constitucionalistas, los historiadores, los economistas, los valuadores, los contadores, los especialistas en heráldica, los delegados de la Iglesia, el municipo y las agencias de turismo aceptaron.
XIII. Se compraron grandes lotes en las praderas del Chapulín y, cuando llegó el día nacional y desfilaban frente al Palacio Nacional las grandes unidades del ejército, la policía municipal, el Colegio Militar y la Academia Naval, una comisión de señoras pidió urgentemente hablar con el Presidente, exponiéndole en cinco minutos el plan: O el título de Gran Archiduque o la horca. El Presidente se reunió con sus ministros y contrapropuso que se agregara al cuerpo nobiliario unas cámaras de diputados y senadores, lo cual rechazaron enérgicamente las mujeres.
XIV. Ese día, ante la expectación y el júbilo del pueblo, salieron del Palacio Nacional el Gran Archiduque, los Grandes Duques, muchos Marqueses y casi todos los miembros del Gran Colegio de Electores. Desde entonces, empezó un gobierno libre y verdaderamente representativo, así como una prosperidad sin precedentes, que se extendió del siglo XX hasta bien entrado el siglo XXIII.
Se pueden notar con facilidad las correspondencias que guarda esta historia con el momento histórico que se vivía en México en su año de publicación: Una crisis económica, el ascenso de la mujer al voto y una crítica satirizada de la situación política, que tenía como actores a quienes habían traicionado los ideales de la Revolución Mexicana.
Es sin duda una obra muy agradable y deslumbrante, de uno de los pensadores más lúcidos que ha tenido México, pero que aún espera una justa valoración de su obra.

domingo, 3 de agosto de 2014

9. PERIPECIAS DE UN SOL VESTIDO DE LETRAS

Alfonso Reyes
Alfonso Reyes (1889-1959) fue un intelectual mexicano con gran proyección internacional, que es muy recordado por sus obras y por las instituciones culturales y educativas en cuya fundación intervino.
En 1936, publicó en la Editorial Fábula su libro Otra voz, que incluyó su poema Sol de Monterrey, el cual se volvió a imprimir en 1945 en la compilación Romances (y afines), que hizo Editorial Stylo dentro de su colección Nueva floresta. Este poema tiene 63 versos de un tono juguetón, como vemos enseguida:
No cabe duda: de niño
a mí me seguía el sol.
Andaba detrás de mí
como perrito faldero;
 despeinado y dulce,
 claro y amarillo:
 ese sol con sueño
 que sigue a los niños.
Saltaba de patio en patio,
se revolcaba en mi alcoba.
Aun creo que algunas veces
lo espantaban con la escoba.
Y a la mañana siguiente,
ya estaba otra vez conmigo,
 despeinado y dulce,
 claro y amarillo:
 ese sol con sueño
 que sigue a los niños.
(El fuego de mayo
me armó caballero:
yo era el Niño Andante,
y el sol, mi escudero.)
Todo el cielo era de añil;
toda la casa, de oro.
¡Cuánto sol se me metía
por los ojos!
Mar adentro de la frente,
adonde quiera que voy,
aunque haya nubes cerradas,
¡oh, cuánto me pesa el sol!
¡oh, cuánto me duele, adentro,
esa cisterna de sol
que viaja conmigo!
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.-
Cada ventana era sol,
cada cuarto era ventana.
Los corredores tendían
arcos de luz por la casa.
En los árboles ardían
las ascuas de las naranjas,
y en la huerta en lumbre viva
se doraba.
Los pavos reales eran
parientes del sol. La garza
empezaba a llamear
a cada paso que daba.
Y a mí el sol me desvestía
para pegarse conmigo,
 despeinado y dulce,
 claro y amarillo:
 ese sol con sueño
 que sigue a los niños.
Cuando salí de mi casa
con mi bastón y mi hato,
le dije a mi corazón:
-¡Ya llevas sol para rato!
Es tesoro, - y no se acaba:
no se acaba, - y lo gasto.
Traigo tanto sol adentro
que ya tanto sol me cansa.-
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.
Al leerlo, notamos que Reyes juega con el sol al igual que con sus recuerdos, tratándolo así en dos formas: ahora el sol es una permanencia o ahora es una remembranza. En este ir y venir, introduce descripciones junto con metáforas muy hermosas, algunas analógicas y otras que juegan con un contexto de expresiones muy mexicanas: ¡Ya llevas sol para rato!
Asimismo, algunas de sus metáforas son un deleite, como "a mí el sol me desvestía para pegarse conmigo", que juega con un erotismo casi recién descubierto por el narrador.
Anthologie, 1952
En los años 1952 y 1958, con el patrocinio de la UNESCO se publicaron traducciones de este poema al francés y al inglés, como parte de una antología conformada por Octavio Paz (1914-1998). La edición francesa se tituló Anthologie de la poésie mexicaine, y fue presentada por el diplomático y poeta francés Paul Claudel (1868-1955), en tanto que la inglesa se llamó Anthology of mexican poetry y su presentación fue encargada al académico clásico inglés Cecil Maurice Bowra (1898-1971). El poeta, traductor y editor turco-francés Guy Lévis Mano (1904-1980) tuvo el encargo de la traducción al idioma galo, mientras que el novelista y dramaturgo irlandés Samuel Beckett (1906-1989) se encargó de la traducción al inglés.
Al comparar las traducciones con el original en español podemos notar los problemas que enfrentaron los traductores y las soluciones que escogieron. En general, el poema salió bien librado en las traducciones, pero no deja de llamar nuestra atención el encontrar algunas decisiones que se tomaron en los idiomas destinatarios, o sea, el francés y el inglés. Veamos a continuación cinco casos que consideramos más notables:
1) Versos tres y cuatro.
Español (ESP): Andaba detrás de mí / como perrito faldero...
Francés (FRA): Il allait derrière moi / come un petit chien...
Inglés (ING): It followed at my heels / like a Pekinese...
Observaciones:  Son dos las que podemos hacer sobre las traducciones de estos versos:
A. En la traducción inglesa, el sol le pisaba los talones al narrador.
B. El perrito faldero no tenía un equivalente exacto en los otros idiomas, por lo que en francés se decidió referise al tamaño, y en inglés a una raza.
2) Versos siete y ocho:
ESP: ...ese sol con sueño / que sigue a los niños.
FRA: ...ce soleil ensommeillé / qui suit les enfants.
ING: ...the sun that sleepy dogs / the footsteps of the child.
Observaciones:  La traducción que hizo Beckett es muy interesante, pues elaboró una metáfora del sol comparándolo con los sabuesos que siguen las huellas del niño.
3) Versos 21 y 22:
ESP: ...yo era el Niño Andante, / y el sol, mi escudero.
FRA: ...j'étais l'Enfant Errant, / et le solei, mon Ecuyer.
ING: ...I was the Child-Errant / and the sun my squire.
Anthology, 1958
Observaciones: Debemos notar aquí dos decisiones que se tomaron:
A. El Niño Andante hace una clara referencia al Caballero Andante, en clara alusión quijotil. No obstante, al traducirlo a los otros idiomas se utilizó la figura del Niño Errante o vagabundo, con lo que el sentido cambió.
B. El cambio anterior generó dos interpretaciones del sol en el verso 22, pues en francés ecuyer se refiere a una persona que monta caballo, o sea, que el niño errante -que es caballero- lleva al sol montado. En inglés la cosa quedó distinta, pues el niño errante caballero lleva al sol como escudero.
4) Verso 27:
ESP: Mar adentro de la frente,...
FRA: Au large de mon front,...
ING.:  A sea inside my skull,...
Observaciones: El sentido adjetival de "mar adentro" junto con el sustantivo "la frente" hace metáfora al pensamiento. Sin embargo, en francés se intentó hacer una traducción lo más cercano a lo literal, en tanto que al traducirlo al inglés nos encontramos un mar dentro del cráneo.
5) Versos 58 y 59:
ESP: Es tesoro, - y no se acaba: / no se acaba, - y lo gasto.
FRA: C'est un trésor, - qui ne s'épuise pas: / je ne l'épuise, - pourtant je le dépense.
ING: It is a hoard - unending, / unending - that I squander.
Portada actual
Observaciones: En su traducción, Lévis Mano presenta lo que dicen los versos como una consecuencia lógica, pues al no acabarse el tesoro, entonces se tiene que consumir. Por su parte, Beckett tradujo que al no tener fin el tesoro, se le malgasta.
Hay otras varias consideraciones que podríamos hacer sobre este poema y sus traducciones. Tenemos entonces, en esta muestra, que las diferencias idiomáticas y culturales plantearon problemas a los traductores, y que los resolvieron tratando de cuidar el sentido del Sol de Monterrey lo más posible, en el caso francés, y adecuándolo al mundo anglosajón en el proceder de Beckett.
Un proverbio italiano dice traduttore, traditore, haciendo referencia a que la traducción traiciona o puede ser traicionera. A pesar de ello, es bien seguro que estas traducciones de Lévis Mano y Beckett debieron servir para expandir la fama de Reyes en el mundo y el conocimiento de la cultura mexicana.

jueves, 3 de julio de 2014

8. ¿EL BIBLIOTECARIO BAJO LA LLUVIA?

El escritor Juan Villoro fue invitado por Sandra Félix, de la Compañía Nacional de Teatro, para preparar una obra teatral fuerte para la inauguración, en el año 2013, del Foro Polivante “Antonieta Rivas Mercado” de la Biblioteca de México “José Vasconcelos”, que por entonces aún nombraban “La Ciudad de los Libros”.
Además, con la obra de Villoro se proyectó iniciar la colección de dramaturgia de la Editorial Almadía.  De esta manera, se terminaron de imprimir cinco mil ejemplares de un pequeño volumen de 61 páginas a fines de mayo de 2013.
Al respecto de su obra, dijo Villoro que “el protagonista del monólogo es un bibliotecario, entonces es una reflexión sobre los libros”, a lo que agregó más tarde una sentencia tan críptica como que “mientras haya la necesidad de que los libros pasen de mano en mano, mientras las manos de los lectores sean importantes como un vínculo afectivo e intelectual entre los que van tejiendo el camino de la lectura, los bibliotecarios serán imprescindibles”. O sea, que habrá bibliotecarios mientras haya lectura y lectores.
El resultado de la labor creativa de Villoro fue Conferencia sobre la lluvia, que es un monólogo con un personaje único que fue caracterizado por Diego Jáuregui, de la Compañía Nacional de Teatro, desde el estreno el 28 de agosto de 2013, y que ha tenido hasta tres temporadas en la ciudad de México, además de presentaciones en Coahuila en mayo de 2014.
La recepción de esta obra fue diversa ante los ojos de quienes la leyeron o vieron, pues unos consideraron que el personaje era sólo un bibliotecario (el propio Juan Villoro y Fernando García Ramírez), o bien un bibliotecario:
  • que ha perdido sus papeles, la compostura..., el guión de su vida (Profética)
  • que conoce los secretos de los libros, ha leído en ellos historias que le han marcado para siempre, y admite la posibilidad del encuentro amoroso en el azaroso intercambio de los volúmenes que habitan una biblioteca pública... (Juan Hernández)
  • que se confiesa (Sandra Félix)
  • que es conferencista (CONACULTA)
En la cuarta de forros del libro nos dice que el personaje es un conferencista protagonizado por un bibliotecario. Por su parte, Mónica Maristain vio que el personaje es alguien que habla sobre un bibliotecario que revalora la palabra escrita.
La lectura del texto publicado por Almadía y esta dispersión de sentidos en quienes también leyeron o vieron la obra, nos lleva a preguntarnos cuál es la imagen del bibliotecario que expresa la Conferencia sobre la lluvia de Villoro.
Una primera lectura del texto nos aclara que el personaje es un lector contumaz que se niega a reconocerse como escritor en ciernes, pero que afirma ser un bibliotecario y hace esfuerzos a lo largo del texto para mostrar que esa es su identidad. Su monólogo alterna descripciones de la biblioteca en la que trabaja –que no parece ser una biblioteca pública, pues tiene una “Sección de Textos Restringidos”– y su biblioteca personal. También se alternan las actividades de leer y ordenar o clasificar, con preponderancia de la primera, que parece consumir todo su tiempo.
Este presunto bibliotecario obtuvo el trabajo en la biblioteca como un favor de un personaje público, aunque no parece tener el menor interés en el acervo ni en los usuarios, pues sólo le interesa leer, incluso cuando tiene junto a él una cubeta donde caen las gotas de lluvia que se cuelan por las grietas del techo.
Dejando de lado al personaje que describe su biblioteca personal, y limitándonos al trabajador de la biblioteca institucional, encontramos un discurso que oscila entre el orden y el caos: El orden que impone la ubicación, clasificación y ordenación de los libros, como opuesto al caos de la vida del bibliotecario-no escritor.
El monólogo inicia con una situación de descomposición del estado ordenado para adentrarnos en el caos, que se expresa de modo confesional, como si el personaje nos declarara lo que le ocurre. El pretexto para hacerlo es la pérdida de los papeles para dar una conferencia y el hablar y hablar por hablar.
En todo momento se muestra el personaje como un conocedor de la literatura, más que como un bibliotecario, quizá por su condición de haber recibido el trabajo bibliotecario como una dádiva –como a menudo ocurre– o porque el narrador no conoce muchas bibliotecas institucionales por dentro, sino sólo como usuario.
Algunos rasgos de la prosa que usa Villoro son memorables, pues su texto abunda en aforismos. Tenemos así que “incluso los libros distantes o inconseguibles ocupan un anaquel imaginario” o que “una biblioteca es un banco de ojos. Aquí están las miradas que han donado los lectores”.
Pero, ¿qué imagen nos da esta obra del bibliotecario? La de un sujeto lector, sólo preocupado por ordenar y clasificar, para poder ubicar los libros, pero ajeno a su realidad, por lo que su vida es un caos, y alejado de las personas, y metido en las rutinas, y más parecido a un bibliómano por las continuas referencias a su biblioteca personal.
Viéndolo bien, más parece que Conferencia sobre la lluvia trata de un escritor en ciernes (quizá eternamente en ciernes) en vez de ser sobre un bibliotecario, tal vez debido a una traición al subconsciente.

domingo, 30 de marzo de 2014

7. EL PAPEL EN LAS LITURGIAS INDÍGENAS MESOAMERICANAS

Cuida de la tinta negra y roja
los libros, las pinturas,
colócate junto y al lado
del que es prudente, del que es sabio.
Exhortación a un estudiante, Códice florentino

Leyendo el libro El papel indígena mexicano (México: SEP, 1973), de Hans Lenz, he encontrado que hizo la siguiente mención:
Tezcaclipoca con estandarte de papel.
Entre los popolocas había un ídolo de la estatura de un hombre que llamaron Malteutl, que quiere decir dios de papel. Le teñían con la sangre de los hombres, porque todas las veces que ellos ganaban una batalla, sacrificaban los mejores esclavos que capturaban y para demostrar su agradecimiento les arrancaban en vida el corazón y mojaban en la sangre del corazón un papel tan grande como una mano.
Tomó Lenz esta información del Journal de la Société des Américanistes de Paris, y es probable que conociera la Teogonía e historia de los mexicanos (México: Porrúa, 1965), de Ángel María Garibay K.,  que fue publicada en la colección Sepan cuantos...
En su tesis de maestría en historia del arte, y citando a Garibay, Elizabeth Ávila Figueroa (2011) trató sobre esto mismo con algunas aclaraciones:
En las crónicas del siglo XVI que conservan la historia mítica de los mexicanos, se refiere que los populocas tenían a su dios Amateotl (dios del papel), el cual construían con hojas de papel tan grande como una mano mojadas con sangre de corazones.
De esta manera, las noticias que nos brindan estos tres autores apuntan a un tema no considerado hasta ahora en las investigaciones mesoamericanas, referente al uso del papel en las liturgias de los indígenas mesoamericanas. Al respecto, Lenz abundó en otros ejemplos de los pueblos que vivían en el valle lacustre de México e hizo una breve mención de los tarascos y los otomíes a partir de lo que encontró en los códices, sobre todo en el Borbónico y el Mendocino, así como en algunos textos de los conquistadores.
Yaxchilán, Dintel 25.
Indagando un poco más, tenemos que Miguel León-Portilla publicó en su libro de Literaturas indígenas de México (México: FCE, 1992) el interesante caso de los dinteles de Yaxchilán, Chiapas, de los cuales algunos tratan sobre la señora K'abal Xook, quien fue una de las esposas del gobernante Itzamnaaj Bahlam II, a quien se debe el gran esplendor de esta ciudad antigua.
En el dintel 25, localizado en la plaza principal de Yaxchilán, podemos ver la escena de un acto ritual ejecutado por la señora Xook. Nos refiere León-Portilla que esta señora ha quemado papeles con esencias propiciatorias en un pebetero, que se encuentra en el suelo junto a ella. El olor y el humo hacen que se le aparezca el dios al que ha invocado, el cual asoma de las fauces de una serpiente y parece amenazador, por lo que la señora Xook está sobrecogida. En la parte superior del cuadro, están glifos mayas que aún no sabemos leer, pero que nos revelarían más sobre el sentido de esta escena.
Vamos a agregar otro caso que pudo testimoniar Fernando Benítez (Los indios de México. T. 1. México: Era, 1967, impr. 2002), relatándolo de la siguiente manera:
Las ceremonias del peyote -se le caza con flechas-, las canciones que les canta el Venado Azul en el éxtasis, la obtención posterior de la sangre del venado durante la cacería ritual, única capaz de fecundar los campos, y más tarde los viajes rituales al mar, santuario de la diosa Aramara, a las cuevas de Teacata donde está la diosa de la Tierra Nacahué y a la Laguna de Chapala donde crece Rapa el Árbol que Llueve, también llamado el Dios del Papel, forman un ciclo religioso, una cadena de ritos que abarcan de un modo o de otro, casi la mitad del año huichol.
Sacerdote con ornamentos de papel.
Este ejemplo del pueblo huichol también fue comentado por Rafael Atri (http://patrimonioculturalatri.wordpress.com/2013/02/20/delimitacion-y-conservacion-del-patrimonio-por-tugores-aplicado-en-la-ruta-huichol), quien indicó que en Rapavillemeta, un lugar misterioso del Lago de Chapala, crece Rapa, el árbol que llueve, también llamado "Dios del Papel".
Así, encontramos que los pueblos indígenas de ayer y hoy han considerado el papel -los aztecas el amatl y los mayas el huun- como un protagonista de sus liturgias, esto es, que lo han tenido presente en todos los momentos en que han buscado el contacto y la comunicación con sus dioses.
Si queremos saber más sobre este interesante asunto, es preciso buscar en las fuentes históricas, antropológicas y sociológicas, indagar en los vestigios arqueológicos, así como en los estudios físicos y bioquímicos de los soportes del papel del pasado y el presente entre nuestros indígenas, aunque quizá esto es un conocimieneto cuyo hallazgo debería corresponder, en primer lugar, a los propios indígenas de nuestros días.