Alfonso Reyes |
Alfonso Reyes (1889-1959) fue un intelectual mexicano con gran proyección internacional, que es muy recordado por sus obras y por las instituciones culturales y educativas en cuya fundación intervino.
En 1936, publicó en la Editorial Fábula su libro Otra voz, que incluyó su poema Sol de Monterrey, el cual se volvió a imprimir en 1945 en la compilación Romances (y afines), que hizo Editorial Stylo dentro de su colección Nueva floresta. Este poema tiene 63 versos de un tono juguetón, como vemos enseguida:
En 1936, publicó en la Editorial Fábula su libro Otra voz, que incluyó su poema Sol de Monterrey, el cual se volvió a imprimir en 1945 en la compilación Romances (y afines), que hizo Editorial Stylo dentro de su colección Nueva floresta. Este poema tiene 63 versos de un tono juguetón, como vemos enseguida:
No cabe duda: de niño
a mí me seguía el sol.
Andaba detrás de mí
como perrito faldero;
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
Saltaba de patio en patio,
se revolcaba en mi alcoba.
Aun creo que algunas veces
lo espantaban con la escoba.
Y a la mañana siguiente,
ya estaba otra vez conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
(El fuego de mayo
me armó caballero:
yo era el Niño Andante,
y el sol, mi escudero.)
Todo el cielo era de añil;
toda la casa, de oro.
¡Cuánto sol se me metía
por los ojos!
Mar adentro de la frente,
adonde quiera que voy,
aunque haya nubes cerradas,
¡oh, cuánto me pesa el sol!
¡oh, cuánto me duele, adentro,
esa cisterna de sol
que viaja conmigo!
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.-
Cada ventana era sol,
cada cuarto era ventana.
Los corredores tendían
arcos de luz por la casa.
En los árboles ardían
las ascuas de las naranjas,
y en la huerta en lumbre viva
se doraba.
Los pavos reales eran
parientes del sol. La garza
empezaba a llamear
a cada paso que daba.
Y a mí el sol me desvestía
para pegarse conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
Cuando salí de mi casa
con mi bastón y mi hato,
le dije a mi corazón:
-¡Ya llevas sol para rato!
Es tesoro, - y no se acaba:
no se acaba, - y lo gasto.
Traigo tanto sol adentro
que ya tanto sol me cansa.-
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.
a mí me seguía el sol.
Andaba detrás de mí
como perrito faldero;
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
Saltaba de patio en patio,
se revolcaba en mi alcoba.
Aun creo que algunas veces
lo espantaban con la escoba.
Y a la mañana siguiente,
ya estaba otra vez conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
(El fuego de mayo
me armó caballero:
yo era el Niño Andante,
y el sol, mi escudero.)
Todo el cielo era de añil;
toda la casa, de oro.
¡Cuánto sol se me metía
por los ojos!
Mar adentro de la frente,
adonde quiera que voy,
aunque haya nubes cerradas,
¡oh, cuánto me pesa el sol!
¡oh, cuánto me duele, adentro,
esa cisterna de sol
que viaja conmigo!
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.-
Cada ventana era sol,
cada cuarto era ventana.
Los corredores tendían
arcos de luz por la casa.
En los árboles ardían
las ascuas de las naranjas,
y en la huerta en lumbre viva
se doraba.
Los pavos reales eran
parientes del sol. La garza
empezaba a llamear
a cada paso que daba.
Y a mí el sol me desvestía
para pegarse conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.
Cuando salí de mi casa
con mi bastón y mi hato,
le dije a mi corazón:
-¡Ya llevas sol para rato!
Es tesoro, - y no se acaba:
no se acaba, - y lo gasto.
Traigo tanto sol adentro
que ya tanto sol me cansa.-
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.
Al leerlo, notamos que Reyes juega con el sol al igual que con sus recuerdos, tratándolo así en dos formas: ahora el sol es una permanencia o ahora es una remembranza. En este ir y venir, introduce descripciones junto con metáforas muy hermosas, algunas analógicas y otras que juegan con un contexto de expresiones muy mexicanas: ¡Ya llevas sol para rato!
Asimismo, algunas de sus metáforas son un deleite, como "a mí el sol me desvestía para pegarse conmigo", que juega con un erotismo casi recién descubierto por el narrador.
Asimismo, algunas de sus metáforas son un deleite, como "a mí el sol me desvestía para pegarse conmigo", que juega con un erotismo casi recién descubierto por el narrador.
Anthologie, 1952 |
En los años 1952 y 1958, con el patrocinio de la UNESCO se publicaron traducciones de este poema al francés y al inglés, como parte de una antología conformada por Octavio Paz (1914-1998). La edición francesa se tituló Anthologie de la poésie mexicaine, y fue presentada por el diplomático y poeta francés Paul Claudel (1868-1955), en tanto que la inglesa se llamó Anthology of mexican poetry y su presentación fue encargada al académico clásico inglés Cecil Maurice Bowra (1898-1971). El poeta, traductor y editor turco-francés Guy Lévis Mano (1904-1980) tuvo el encargo de la traducción al idioma galo, mientras que el novelista y dramaturgo irlandés Samuel Beckett (1906-1989) se encargó de la traducción al inglés.
Al comparar las traducciones con el original en español podemos notar los problemas que enfrentaron los traductores y las soluciones que escogieron. En general, el poema salió bien librado en las traducciones, pero no deja de llamar nuestra atención el encontrar algunas decisiones que se tomaron en los idiomas destinatarios, o sea, el francés y el inglés. Veamos a continuación cinco casos que consideramos más notables:
1) Versos tres y cuatro.
Español (ESP): Andaba detrás de mí / como perrito faldero...
Francés (FRA): Il allait derrière moi / come un petit chien...
Inglés (ING): It followed at my heels / like a Pekinese...
Observaciones: Son dos las que podemos hacer sobre las traducciones de estos versos:
A. En la traducción inglesa, el sol le pisaba los talones al narrador.
B. El perrito faldero no tenía un equivalente exacto en los otros idiomas, por lo que en francés se decidió referise al tamaño, y en inglés a una raza.
2) Versos siete y ocho:
ESP: ...ese sol con sueño / que sigue a los niños.
FRA: ...ce soleil ensommeillé / qui suit les enfants.
ING: ...the sun that sleepy dogs / the footsteps of the child.
Observaciones: La traducción que hizo Beckett es muy interesante, pues elaboró una metáfora del sol comparándolo con los sabuesos que siguen las huellas del niño.
3) Versos 21 y 22:
ESP: ...yo era el Niño Andante, / y el sol, mi escudero.
FRA: ...j'étais l'Enfant Errant, / et le solei, mon Ecuyer.
ING: ...I was the Child-Errant / and the sun my squire.
Anthology, 1958 |
Observaciones: Debemos notar aquí dos decisiones que se tomaron:
A. El Niño Andante hace una clara referencia al Caballero Andante, en clara alusión quijotil. No obstante, al traducirlo a los otros idiomas se utilizó la figura del Niño Errante o vagabundo, con lo que el sentido cambió.
B. El cambio anterior generó dos interpretaciones del sol en el verso 22, pues en francés ecuyer se refiere a una persona que monta caballo, o sea, que el niño errante -que es caballero- lleva al sol montado. En inglés la cosa quedó distinta, pues el niño errante caballero lleva al sol como escudero.
4) Verso 27:
ESP: Mar adentro de la frente,...
FRA: Au large de mon front,...
ING.: A sea inside my skull,...
Observaciones: El sentido adjetival de "mar adentro" junto con el sustantivo "la frente" hace metáfora al pensamiento. Sin embargo, en francés se intentó hacer una traducción lo más cercano a lo literal, en tanto que al traducirlo al inglés nos encontramos un mar dentro del cráneo.
5) Versos 58 y 59:
ESP: Es tesoro, - y no se acaba: / no se acaba, - y lo gasto.
FRA: C'est un trésor, - qui ne s'épuise pas: / je ne l'épuise, - pourtant je le dépense.
ING: It is a hoard - unending, / unending - that I squander.
Portada actual |
Observaciones: En su traducción, Lévis Mano presenta lo que dicen los versos como una consecuencia lógica, pues al no acabarse el tesoro, entonces se tiene que consumir. Por su parte, Beckett tradujo que al no tener fin el tesoro, se le malgasta.
Hay otras varias consideraciones que podríamos hacer sobre este poema y sus traducciones. Tenemos entonces, en esta muestra, que las diferencias idiomáticas y culturales plantearon problemas a los traductores, y que los resolvieron tratando de cuidar el sentido del Sol de Monterrey lo más posible, en el caso francés, y adecuándolo al mundo anglosajón en el proceder de Beckett.
Un proverbio italiano dice traduttore, traditore, haciendo referencia a que la traducción traiciona o puede ser traicionera. A pesar de ello, es bien seguro que estas traducciones de Lévis Mano y Beckett debieron servir para expandir la fama de Reyes en el mundo y el conocimiento de la cultura mexicana.
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