martes, 13 de agosto de 2019

13. LA LIBERTAD CAUTIVA(DA) DE(POR) LA FE.

Retrato de Roscio (Salón Azul, Capitolio Federal, Caracas)
En el prólogo que escribió Domingo Miliani (1934-2002) para la edición caraqueña de El triunfo de la libertad sobre el despotismo, la cual publicó la Biblioteca Ayacucho en 1996, afirmó que en esta obra Juan Germán Roscio Nieves (1763-1821) "estaba convencido de que la mejor refutación a los fariseos doctrinarios de la Iglesia se hallaba en los propios textos sagrados de las Escrituras. Rebatir con tales argumentos desarmaba a los traficantes y afianzaba una fe militante por la Independencia, entre las mayorías cristianizadas, para librarlas de la sumisión a la monarquía". Para ello, Roscio concibió esta obra con la finalidad de "sentar las bases de una teología de la emancipación, opuesta a la teología feudal".
Y es que cuando fue publicada por primera vez en Filadelfia, por la Imprenta de Thomas H. Palmer en 1817, el autor argumentó como hiciera San Agustin en sus Confesiones, esto es, dirigiéndose a Dios como su interlocutor; asimismo, se expresó con sustento en razones teológicas del propio San Agustín y de Santo Tomás, no obstando que introdujo con disimulo ideas ilustradas.
Con una ideología que muestra correspondencias con las enarboladas por José María Morelos y Pavón (1765-1815), Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811), y otros importantes insurgentes novohispanos, pero que fue ajena a Simón Bolívar (1783-1830) y José Francisco de San Martín (1778-1850), aunque Miliani la extiende como clara influencia hacia Benito Juárez (1806-1872), Roscio acudió para fundamentar sus ideas a los textos bíblicos y de la Patrística con el propósito de buscar y encontrar en ellos las bases para una teología de la emancipación, que pudiera oponerse a la teología que legitimaba el orden colonial.
Luego de la primera edición, siguieron otras cinco de esta obra publicadas en Estados Unidos y México, la última en 1857, y luego decayó su interés por casi un siglo, hasta que Pedro Grases González la rescató y publicó en Caracas en 1953. De esta manera, las dos primeras ediciones se hicieron en Estados Unidos y las cuatro restantes en México: dos en la capital (en 1824 y 1857), una en Guadalajara (en 1823) y otra en Oaxaca en 1828.
Edición omitida por Miliani.
En la relación de las ediciones que contempló Miliani es de notar una ausencia: se trata de la publicación que realizó Urbano Sanromán (último tercio del siglo XVIII-1876) en Guadalajara en 1823, de la cual hemos conocido un ejemplar que en 1880 pertenecía a la biblioteca de la Sociedad Mutua del Ramo de Sastrería, la cual existió en la ciudad de México entre 1864 y 1895.
El impresor Sanromán además de este oficio fue político y diputado tapatío del Congreso Provincial de 1822, y diputado del Congreso Constituyente de 1823. Adquirió su imprenta en 1821 y la mantuvo activa hasta 1833. En el año en que publicó la obra de Roscio, se imprimieron otros cinco libros en sus prensas, además de gran cantidad de folletos y algunas publicaciones periódicas.
Es de notar que Urbano Sanromán era católico y -según cita Ramiro Villaseñor al cronista de Zapopan, Jalisco, Salvador Silva Velarde- en el año de 1821 a iniciativa suya se tomó el acuerdo de imponer las insignias de general a la Virgen de Zapopan por haber estado presente en el acto de unión de fuerzas del general don Pedro Celestino Negrete y don Agustín de Iturbide, el 13 de junio del año mencionado. En consecuencia, el 15 de septiembre de ese mismo año se hizo la proclamación como general de la Virgen de Zapopan colocándole la banda azul y el bastón de oro que son propios de ese grado militar.
Todo esto nos habla de un tiempo en que los novohispanos de cierta educación soñaron con ser independientes, y en su sueño Dios y su corte celestial estarían de su lado, y se cumpliría la promesa libertaria que pensaban haber encontrado en las Escrituras y los textos de los Santos Padres, pero era una promesa que por cierto no contemplaba poner la otra mejilla ante una agresión.
Es posible que esto nos parezca ingenuo y nos provoque una sonrisa. No obstante, podemos imaginar ese mundo pretérito y notar que no por distante está menos presente en nuestros días, más aún si tomamos como superficie refractaria de esas ideas la Guerra de Castas (culto de la Cruz Parlante), la Guerra Cristera y la teología de la liberación que aún tienen presencia hoy.
La importancia de Roscio en nuestros días es notoria como podemos apreciar en los estudios que se realizan de su obra, ya que en ella se encuentran ideas modernas en estado embrionario, tales como los derechos de género, el derecho a la soberanía y el ejercicio de la democracia, entre otros.

Bibliografía
Miliani, Domingo. (1994). Juan Germán Roscio, héroe intelectual. En: Roscio, Juan Germán. El triunfo de la libertad sobre el despotismo. Prólogo, cronología y bibliografía Domingo Miliani. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1996.  p. ix-xli.
Roscio Nieves, Juan Germán. (1823). El triunfo de la libertad sobre el despotismo, en la confesión de un pecador arrepentido de sus errores políticos, y dedicado a desagraviar en esta parte a la religión ofendida con el sistema de la tiranía. Su autor, J.G. Roscio. Tercera impresión. Guadalajara: En la oficina del ciudadano Urbano Sanroman.
Villaseñor Villaseñor, Ramiro. (1977). Urbano Sanromán, primer editor de Guadalajara y del federalismo: estudio bibliográfico de su imprenta. Guadalajara: Poderes de Jalisco.

jueves, 25 de abril de 2019

12. UN MISTERIO ROBINSONIANO PARA INFANTES

Hace algunos años, llegó a mis manos la traducción de una adaptación infantil del Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Sus datos son los siguientes:

Edición de Araluce, entre 1914 y 1920
Defoe, Daniel. (s.d.). Robinsón Crusoe. Explicadas a los niños por Jeanie Lang; con ilustraciones en color de W.B. Robinsón; versión castellana de Manuel Vallvé. Barcelona: Editado por Ramón de S. [San] N. [Nicolás] Araluce. (Colección Araluce. Las obras maestras al alcance de los niños
128 páginas: 8 ilustraciones a color; 15 cm

Podemos ver que esta traducción con fecha no identificada la hizo Manuel Vallvé, un escritor que desde los años veinte inició su dedicación a la literatura infantil y juvenil, y quien después debió dedicarse también a la traducción.
Asimismo, es de notar que todas las obras de esta colección de Araluce tuvieron licencia eclesiástica del Vicariato Capitular de la Diócesis de Barcelona, la cual fue expedida el 21 de octubre de 1914.
Las ilustraciones son reproducciones fotomecánicas de pinturas a color, con influencia impresionista, que están firmadas por Will Bennet Robinson.
La encuadernación es original en lino café con gofrados dorados en la primera de forros y en el lomo, el cual remata con cabezada superior y listón separador. Una de las ilustraciones está adherida a la primera de forros dentro de un marco gofrado. Además, el canto superior tiene rastros de doradura. 
Daniel Defoe (Londres, 1660?-Moorfields, actual Reino Unido, 1731) fue escritor y periodista inglés. Su Robinson Crusoe puede ser leída como una reflexión acerca de la naturaleza humana y sobre varias cuestiones de interés tanto filosófico como para la psicología.
En la guarda de esta copia, encontramos la siguiente anotación manuscrita:

A nuestro querido sobrino
Tonito en recuerdo del
brillante resultado de sus
estudios en el 1º año
superior
Sus affmos
tíos
Paco y Quimo
Guadalajara julio de 1920

Este apunte nos permite inferir que la impresión de esta obra debió realizarse a más tardar en el año 1920, y no como afirmó Santiago Hortelano Pastor (1976) cuando aseguró que Manuel Vallvé hizo la traducción posiblemente en 1942. Al respecto, este autor realizó una revisión de versiones españolas de Robinson Crusoe a partir de las existencias de la Biblioteca Nacional de España, en donde encontró las ediciones 5ª (de 1942?) y 6ª (de 1956), a partir de las que hizo varias inferencias erróneas.
Si consideramos que la editorial Araluce empezó a producir en 1912, y que la colección de la que forma parte esta obra obtuvo la licencia eclesiástica en 1914, tenemos que esta impresión debió hacerse entre las primeras de esa institución.
Los tíos Paco y Quimo que menciona la dedicatoria fueron Francisco de Paula Fernández del Valle y Martínez-Negrete, y Joaquina Caro y Szechenyi de Fernández del Valle. Es probable que ellos hayan comprado este volumen en la Librería de Juan Kaiser, de Guadalajara, pues está el sello de tinta oval de ese establecimiento. Existe otro sello por el que creemos que el libro debió estar antes a la venta en la Librería Herrero de la Avenida 5 de Mayo en la ciudad de México.
Poca información hemos encontrado de este volumen y toda ella presenta fallos o plantea nuevas incógnitas sobre esta obra.
En la portada se indica que el contenido está explicado a los niños por Jeanie Lang y que las ilustraciones en color las hizo W.B. Robinsón. Jeanie Lang (1867-1932), fue autora, editora, vocalista, cantante y adaptadora. Estuvo casada con John Lang. En el catálogo Worldcat, se le atribuyen 51 obras en 219 publicaciones, en cinco idiomas. Sobre el ilustrador, no sabemos más que su nombre.
Edición de T.C. & E.C. Jack,
en coedición.
Ahora bien. Jaime García Padrino (2011)  afirma que Araluce publicó desde su origen títulos de adaptaciones de obras para niños que había publicado la editorial inglesa T.C. & E.C. Jack. Al buscar la obra inglesa que antecedió a la edición de Araluce, encontramos que se menciona a John Lang como adaptador, lo cual se aprecia en el siguiente registro:

Defoe, Daniel. Robinson Crusoe. Told to the children by John Lang; with pictures by W.B. Robinson. London ; Edinburgh : T.C. & E.C. Jack, aproximadamente 1907.
xi, 114 páginas: 8 ilustraciones a color; 15 cm (Told to the children series; 7 / Edited by Louey Chisholm)

y en la portada que mostramos se observa que la obra pronto se coeditó con E.P. Dutton & Co. de Nueva York.
Luego encontramos también lo siguiente:

Edición de E.P. Dutton & Co.,
aprox. 1908.
Defoe, Daniel. Robinson Crusoe. Told to the children by John Lang; with pictures by W.B. Robinson. New York: E.P. Dutton & Co., aproximadamente 1908.
114 páginas: 8 ilustraciones a color; 15 cm (Told to the children series)

que viene a confirmar el vínculo de las dos editoriales, las cuales comparten hasta el nombre de la serie.
En nuestra búsqueda hallamos también lo siguiente:

Defoe, Daniel. Robinson Crusoe. Told to the children by John Lang; with pictures by W.B. Robinson. London; Edinburgh: Published by Thomas Nelson and Sons Ltd., aproximadamente 1928.
viii, 114 pages: 8 ilustraciones a color; 15 cm
Portada de Thomas Nelson and Sons
Ltd., muy similar a la de Araluce.

Podemos notar que estas tres coinciden en el formato casi por completo.
Pero salta a la vista que la edición barcelonesa tiene una gran distinción: Jeanie Lang. ¿Por qué aparece ella y no su esposo en esta traducción? Hotelano Pastor le llamó "Janine Lang", pero eso sólo fue parte de sus desaciertos.
¿Cómo fue el acuerdo comercial entre Araluce y T.C. & E.C. Jack? La mención del nombre de Jeanie en lugar de John ¿no fue motivo de un conflicto? ¿O más bien fue un acuerdo?
Este no es el único misterio que asoma por la desinformación en torno a esta obra, pues el otro se refiere al ilustrador, ya que las ediciones de T.C. & E.C. Jack y de Thomas Nelson and Sons Ltd. indican que trabajaba para ellas como ilustrador William Heath Robinson (1872-1944), pero no mencionan a Will Bennett Robinson. ¿Quién fue este Robinson?
En las ediciones en inglés, John Lang dedicó la adaptación a Alec Corse Scott, hijo de un amigo suyo. En su dedicatoria escribió:

Y cuando tu padre y yo éramos niños,
aunque eso es más bien menos de doscientos años,
solíamos leerlo [el Robinson Crusoe].

La emoción que trasluce esta anotación de Lang para Alec es coherente con el orgullo anglosajón que aún evoca esta obra. Al respecto, escribió Derrida que encontramos en Crusoe toda el alma anglosajona: la independencia viril, la crueldad inconsistente, la tenacidad, la inteligencia lenta y no obstante eficaz, la apatía sexual, la religiosidad práctica y bien equilibrada, así como la taciturnidad calculadora. ¿Pensarían como Derrida los españoles de principios del siglo XX que leyeron la edición que les ofreció Araluce? Otro misterio por resolver.

Bibliografía

García Padrino, Jaime. (2011). La colección Araluce: las obras maestras al alcance de los niños, 1914-1955. Pérès, Christine  (Éd.). Grands auteurs pour petits lecteurs. Manage, Belgique: Lansman Editeur.
Hortelano Pastor, Santiago. (1976). Versiones españolas de Robinson Crusoe en la Biblioteca Nacional. ER review: Spanish journal of English studies, 6, pp. 283-304.
Vomero, Fabricio.(2018). Robinson Crusoe y el problema de la soledad. Localizado: 24 abr. 2019. En: http://articulando.com.uy/crusoe-soledad/



domingo, 21 de abril de 2019

11. VERACRUZ ROMÁNTICO


Mi ejemplar.
He recibido un bello regalo del señor Juan Gonzalo Juárez, quien es hijo del poeta y difusor radiofónico nacido en Veracruz Jorge Ramón Juárez y Muñoz (1913-1990). Se trata del poemario Sonetos para la geografía romántica de Veracruz (México: Ediciones Lascas, 1948).
El Diccionario de escritores mexicanos (México: UNAM, 1977, t. 4, pp. 229-230) indica que Jorge Ramón Juárez cultivó el cuento y sobre todo la poesía en formas de soneto y romance. Su producción abarca publicaciones realizadas entre 1928 y 1984, con su momento de creación más prolífico entre 1945 y 1955. En este gran lapso, fue colaborador de varios periódicos y revistas, entre ellos Fuensanta, América, Nivel, Letras potosinas, Veracruz y Huytlale, esta última editada por Miguel N. Lira.
Esta delicada reunión de sonetos está en formato de cuarto marquilla y fue impresa en su interior con papel Malinche, de manufactura mexicana. La cubierta es de cartoncillo y fue ilustrada, al igual que las viñetas y las palabras capitulares, por Alberto de Velasco Polo (1921-1997).
Desgraciadamente, esta tirada es más apreciada hoy en el extranjero que dentro de México, aunque sabemos que la obra se ha vuelto a imprimir a costa del Gobierno de Veracuz en el marco de los festejos que se empiezan a realizar por el quinto centenario de la llegada de los españoles.
Al adentrarnos en sus páginas se nos presentan panorámicas íntimas de algunas poblaciones principales veracruzanas: Xalapa, Orizaba, Córdoba, Veracruz, Alvarado y Tlacotalpan. Asimismo, hace retratos subjetivos de la orquídea, el flamboyán, la gardenia, el cocodrilo, el tamazate, la camelia y el huachinango.
Un ejemplo es el soneto que dedica a la orquídea:
Alergia del silencio; resonancia
del murmullo fugaz; luna del día;
espacio vegetal; joya sombría;
forma de la recóndita distancia.
Piel del eco nostálgico; fragancia
de la música triste; melodía
del perfume sutil; melancolía
del crepúsculo gris que la substancia.
Del musgo de la luz, de la penumbra,
brota la rara flor que se columbra
-más bien astro que flor- en su retiro.
Nace cuando se muere una sonrisa,
donde evapora lágrimas la brisa,
donde siembra su polen el suspiro.
En esta oleada de versos y encabalgamientos, podemos casi sentir cómo entra el narrador por la tarde al silencioso jardín, que con sus aromas quiere transportarlo, y de repente descubre la orquídea solitaria, que le impresiona y sólo puede describir con la ayuda de metáforas, pues nace con la muerte de la sonrisa y donde la brisa evapora sus lágrimas y el suspiro siembra su polen.
Dibujo de Juárez por su paisano Pruneda.
Se ha comparado el estilo de este poeta con el tropicalismo de Carlos Pellicer; sin embargo, en tanto que Pellicer es extroversión y raya en la alharaca, Juárez es demasiado introvertido e íntimo, apenas revelador de su emoción por el peso de cada palabra en su composición.
Un dato interesante sobre esta obra es que Jorge Eduardo Arellano (Temasnicas.net, 2011, p. 36) afirma tener es su poder un prólogo mecanografiado que redactó Salomón de la Selva (1893-1959) para esta obra, el cual firmó en México, D.F., el 27 de octubre de 1949. Empero, en el colofón de mi ejemplar se indica que la impresión se terminó en la Cooperativa de los Talleres Gráficos de la Nación, el día 23 de diciembre de 1948.
No es raro que ocurran casos de desfases temporales como este, pues podría haberse convenido la añadidura posterior del prólogo, aunque hasta el punto al que ha llegado nuestra investigación no se hizo ni consta en el volumen.
Jorge Ramón Juárez tuvo gran reconocimiento nacional en la década de su máxima creación, aunque hoy ha corrido la suerte de los próceres que sólo se guardan en la memoria de sus paisanos. Sus letras son la mejor muestra de su genio, y no es menuda la labor de investigación que debe hacerse, aunque si hay fuentes para iniciarla.
¡Honor a quien honor merece!