miércoles, 31 de julio de 2013

3. 90 AÑOS RECORDANDO A BEST MAUGARD

Montaje de imágenes de Adolfo Best Maugard
Hoy es un día para recordar, pues hace nueve décadas se terminaron de imprimir los quince mil ejemplares del Método de dibujo de Adolfo Best Maugard (1891-1964) en los Talleres Gráficos del Departamento Editorial de la Secretaría de Educación.
Esos ejemplares fueron repartidos en las escuelas primarias del centro del país para impartir las clases de dibujo como parte del proyecto de educación nacionalista de José Vasconcelos. Es de notar que esta propuesta había sido probada con anticipación en varias partes del país, incluso en Yucatán, donde en 1921 acudió el autor para mostrarlo y aplicarlo.
Edición de 1923.
Se trata de una obra interesante por varias de sus características, entre las cuales destacamos las siguientes:
  1. En la portada aparece el logo de la Universidad Nacional, aunque no se le menciona en las leyendas editoriales ni en el contenido.
  2. Propone un vocabulario gráfico con siete elementos basados en la tradición artística indígena, cuyo dominio a través de ejercicios puede llevar a realizar dibujos vistosos de gran calidad, de carácter figurativo y/o decorativo.
  3. Tiene un ensayo introductorio de José Juan Tablada, quien defiende al autor de los ataques que habían recibido él y su método.
  4. Concluye con un texto de Pedro Henríquez Ureña, quien explica brevemente el origen de este método de dibujo y por igual emprende su exaltación y defensa.
Habiéndose publicado el libro, se le presentó en una ceremonia el 6 de noviembre de 1923, aunque antes de esa fecha su autor salió del país al exilio en Estados Unidos, de donde volvió hasta 1925, cuando su método de dibujo se proscribió. Luego de su regreso, se hizo menos público su arte y tuvo esporádicas contribuciones a las artes gráficas, al diseño de escenografía y a proyectos educativos. No obstante, el Método continuó su existencia por dos vías:
  • A través de la influencia que tuvo en la obra de artistas plásticos como Abraham Ángel, Rufino Tamayo, Agustín Lazo Adalid y Miguel Covarrubias, entre otros.
  • Por la adaptación que hizo Best Maugard para su publicación en Estados Unidos en 1926 con la editorial A.A. Knopf, poniéndole el título Method for creative design. Esta obra se ha seguido publicando desde entonces hasta la última edición de la editorial Dover, del año 1990.
Best Maugard publicó además otros dos títulos en Estados Unidos:
1931: Draw animals!: Whithout previous training. New York: A.A. Knopf.
1936: The simplified human figure: Intuitional expression. New York: A.A. Knopf.
Cuando se cumplieron cuarenta años de que el Método vio la luz, los amigos del autor concibieron como una necesidad el volver a publicarlo, para lo cual se ideó hacer una nueva edición que saldría bajo el sello de la Editorial Viñeta, misma que se estableció pensando iniciar con esta obra.
Esta segunda edición tuvo una tirada de cinco mil ejemplares realizados en los Talleres de la Editorial Frumentum, en los que se agregaron a la obra original los siguientes elementos:
  • Una introducción del artista Alfonso de Neuvillate.
  • Una fotografía en blanco y negro del autorretrato que se hizo Best Maugard en 1923.
  • Otros dos dibujos pintados con color para ejemplificar el método.
  • Una nota de pésame por el fallecimiento del autor antes de terminar la impresión de su libro. Él murió en Atenas, Grecia, el 25 de agosto de 1964 y la impresión concluyó hasta el 15 de octubre siguiente.
Edición de 1964.
Como consecuencia de la muerte del autor, la editorial cerró, distribuyendo apenas algunos ejemplares, y no volvió a publicar cosa alguna.
Pasaron casi otros cuarenta años para que se pensara en volver a publicar el Método de dibujo, pero esta vez se decidió introducirle algunos cambios para hacerlo usable en la educación artística actual. De esta manera, en el año 2002 vio la luz la publicación bajo el sello de Ediciones La Rana, que a través de los Talleres Gráficos del Gobierno del Estado de Guanajuato imprimió 1,500 ejemplares bajo la conducción de Margarita Godínez, Héctor Hernández y Tonatiuh Mendoza.
En esta ocasión, se utilizó un tipo de letra más grande, se dividió el contenido agrupando los 13 dibujos coloreados de la edición de 1923 en un segmento que sirve como una división entre el texto expositivo y los ejercicios, además de que se suprimió la parte de aplicación a trabajos manuales. Como un complemento, se agregó en un disco compacto la adaptación del método para computadora, realizada por el artista estadounidense James Metcalf (1925-2012), quien en los años setenta fue promotor del Método entre los pobladores de Santa Clara del Cobre, Michoacán.
Una última consideración que haremos es referente a la crítica que recibió el Método por parte de Diego Rivera, Xavier Villaurrutia y Karen Cordero Reiman, que abreviamos en los siguientes enunciados:
  • Es una taquigrafía para dibujo ornamental.
  • Es una taquigrafía del arte popular mexicano.
  • Es absolutamente inadecuado para desarrollar el instinto y la imaginación del niño, pues no hace sino aprisionar su personalidad dentro de nuevos moldes.
  • Es una pesca, una revisión de algo muerto.
  • Su mérito es que es una curiosidad.
  • A menudo, la ingenuidad de unos ojos sin pasado pictórico produce una obra deliciosamente atractiva, milagrosa podríamos decir ya que, como el milagro, es el fruto de nada.
  • Es una obra positivista de la mestizofilia nacionalista que se impulsó en México.
Edición de 2002.
No obstando lo fuertes que puedan parecer estas apreciaciones, todos los intelectuales que han considerado el Método alaban su aportación y su influencia a la cultura mexicana.
Para cerrar esta nota conmemorativa, indicamos a continuación las referencias bibliográficas de las tres ediciones de esta obra de Adolfo Best Maugard:
1923: Método de dibujo: Tradición, resurgimiento y evolución del arte mexicano. Textos de José Juan Tablada y Pedro Henríquez Ureña. México: Departamento Editorial de la Secretaría de Educación.
1964: Método de dibujo. Introd. Alfonso de Neuvillate. Textos de José Juan Tablada y Pedro Henríquez Ureña. 2a ed. México: Viñeta.
2002: Método de dibujo: Tradición, resurgimiento y evolución del arte mexicano. Textos de José Juan Tablada y Pedro Henríquez Ureña. Guanajuato: Ediciones La Rana.
Best Maugard, María Luisa Cabrera de Block, Frida Kahlo y Chavela Vargas.

jueves, 25 de julio de 2013

2. PILTSINTLI


Foto de Susana Gascón
Desde hace algunos años, colecciono libros sobre gráfica o asuntos que tienen que ver con los niños de México. Mi colección es bastante incompleta, pero me sirve para comprender día a día la paradójica situación de los infantes en este país, que llega a la extravagancia en el texto introductorio de Cecilia Occelli, cuando fue la primera dama de México, para el libro Nuestros niños: Herencia mexicana (México: DIF, 1992). En una parte de su texto, Occelli apuntó lo siguiente:
"En México, al igual que en muchas naciones del mundo, existen niños con carencias y conflictos. Niños que acarrean agua en baldes sobre sus hombros, niños que son inducidos a cometer delitos contra la salud, niños maltratados por su familia o por la sociedad, niños desamparados, víctimas de las culpas ajenas, niños que mueren en la calle o en hospitales por desnutrición. También hay niños que lo son realmente: Ríen, cantan, corren o echan a volar su imaginación sintiéndose los héroes o recreando en su mente el entorno de las historias infantiles. Niños que asumen los compromisos propios de su edad, como el del estudio. Niños felices, bien alimentados, atendidos, sanos, amados. Como éstos debieran ser todos los niños del mundo".
¿Niños que lo son realmente? Antes de 1976, en México se publicaba sobre los niños para referirse, de manera preceptiva, a su educación, su higiene y su salud. En esa época, el niño también era considerado como un ícono del arte, por lo que así fue retratado en el folleto de la UNAM El niño en la plástica mexicana: De los tiempos precolombinos a nuestros días (México: Galería Universitaria Aristos, 1963) y en el volumen monográfico de "Niños Mexicanos" de Artes de México (México: Revista Artes de México, año 17, no. 129, 1970).
Cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó en 1976 que 1979 fuera el Año Internacional del Niño y la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) quedó encargada de animar la participación de los países del orbe, la reacción en México fue lenta, de modo que las producciones bibliográficas se dieron justo habiendo pasado el año dedicado. Así, en la bibliografía nacional encontramos las siguientes primeras publicaciones:
1980: Peñafiel, Manuel. Niños de México. Introd. Carlos Monsiváis. México: IMSS, c1979.
1980-1982: Comisión Nacional para el Año Internacional del Niño. El perfil del niño mexicano. México: La Comisión.
1981: Niños. Proyecto y real. Francisco Reyes Palma, Patricio Valdés, Mariana Yampolsky; foto. Jesús Sánchez Uribe. México: SEP, CONAFE; FONAPAS.
1983: Estudios epidemiológicos sobre desnutrición infantil en México, 1900-1980. Comp. Juan Rivera Dommarco y Esther Casanueva. México: IMSS, c1982.
Óleo de Jesús Guerrero Galván
En estas primeras obras se mira al niño a través de un gran corpus de fotografías -a diferencia de las miradas desde la pintura, el grabado y la escultura que predominaban antes-, además de que se coleccionan datos sobre su salud, educación y situación familiar. Sin embargo, esta etapa duró poco, pues luego de estos trabajos seminales se dio un vacío en la producción bibliográfica que correspondió a toda la presidencia de Miguel de la Madrid Hurtado, quizá porque el tema se vio opacado por la tremenda crisis económica que vivimos en nuestra nación.
Al iniciar la presidencia de Carlos Salinas, comienzan a aparecer otras obras referidas a la infancia mexicana, de lo cual es ejemplo la aludida supra con la presentación de su esposa Cecilia Occelli. Otras aportaciones que se publicaron a partir de entonces y hasta el fin del milenio abordaron al niño desde los derechos humanos, la estadística y la historia. Una muestra es la siguiente:
1990: Memorias del Foro El Niño: Realidad y fantasía. Comp. Alicia Elena Pérez Duarte. México: Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Comunicación Cultural.
1991: Los niños de México. Presentación Alfonso Noriega; foto. José Pablo Fernández Cueto; pról. Silvia Molina; textos Luis Geller. México: Fernández Cueto Editores.
1993: Los niños en México. Aguascalientes, Ags.: INEGI.
1996: Alcubierre, Beatriz; y Carreño King, Tania. Los niños villistas: Una mirada a la historia de la infancia en México, 1900-1920. México: Secretaría de Gobernación, INEHRM.
1998: Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática. Infancia y adolescencia en México. Aguascalientes, Ags.: INEGI; Instituto de Cultura para la Prevención de la Violencia en la Familia.
Llegados a este punto, es importante comparar dos textos introductorios que tuvieron un mismo autor, que fue Alfonso Noriega Cantú, quien en el número monográfico de Artes de México (1970) escribió lo siguiente:
"Para hablar de los niños, en la forma escrita, se necesita... encontrarse, como cuando el creyente va a comulgar, en estado de gracia purificar la pluma y abrir el espíritu a las regiones más limpias y más puras de este pobre mundo en que vivimos y, para hacerlo mediante la expresión gráfica, es necesario, imprescindible, la virginidad espiritual que es raíz y esencia del arte".
En Los niños de México (1991) se publicó el siguiente texto póstumo de Noriega:
"Un niño es un gran misterio, un extraordinario enigma, un reto al futuro. Hablar de los niños es enfrentarse con el más delicioso misterio de la naturaleza, con el más tierno enigma de la creación".
Foto de Lorena Campbell
Ambos textos son iluminadores del problema que parece haber en México para hablar y reflexionar sobre sus niños sin proyectarse inmediatamente hacia los extremos del infantilismo o la conmiseración.
Con el cambio del milenio,  lentamente se incrementó la bibliografía y se conformaron los temas principales en torno a los niños, como puede verse a continuación:
2001: Infancia: Fotografías de niños mexicanos. Pról. Vicente Quirarte. México: CONACULTA, Dirección General de Vinculación Cultural y Ciudadanización; Eds. Corunda.
2005: Jóvenes y niños: Un enfoque sociodemográfico. Coord. Marta Mier y Terán, Cecilia Rabell. México: Cámara de Diputados, LIX Legislatura; UNAM, Instituto de Investigaciones Sociales; FLACSO; Miguel Ángel Porrúa.
2006: Castillo Troncoso, Alberto del. Conceptos, imágenes y representaciones de la niñez en la ciudad de México, 1880-1920. México: El Colegio de México, Centro de Estudios Histsóricos; Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
2006: Los niños: Su imagen en la historia. Coord. María Eugenia Sánchez Calleja, Delia Salazar Anaya. México: INAH.
2007: Estudios sociales sobre la infancia en México. Coord. María de Lourdes Herrera Feria. México: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
2007: Meyer, Eugenia. Niños de ayer, niños de hoy. Il. Margarita Sada. México: CONACULTA, Dirección General de Publicaciones; Random House Mondadori; INAH; Lumen.
Foto de Ruth D. Lechuga
2008: La infancia en los siglos XIX y XX: Discursos e imágenes, espacios y prácticas. Coord. Antonio Padilla Arrollo [sic]... [et al.]. México: Universidad Autónoma del Estado de Morelos; Casa Juan Pablos.
2008: Niños y adolescentes: Normas y transgresiones en México, siglos XVII-XX. Coord. Delia Salazar Anaya, María Eugenia Sánchez Calleja. México: INAH.
2009: Niñez migrante, trata y explotación infantil en México: Temas emergentes en la agenda nacional. México: Comisión Nacional de Derechos Humanos; UNICEF.
2010: Rocha Pérez Hugo; y Corona Caraveo, Yolanda. Niñas y niños hacia la democratización familiar en México. México: Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
2010: Sosenski, Susana. Niños en acción: El trabajo infantil en la ciudad de México, 1920-1934. México: El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos.
Notamos aquí una creciente preponderancia del abordaje histórico al referirnos a los niños, seguido de los tratamientos desde las ciencias sociales y, en menor medida, desde las artes. La primacía de estos temas quizá se deba a que los asuntos que tienen que ver con los niños primero deben reconocerse en el devenir de nuestra propia historia.
Por supuesto, nos interesa agrandar nuestra colección, por lo que esperamos conocer más producciones bibliográficas de nuestro país en la materia, sobre todo de la situación de los niños, de hoy y de antes, en las regiones del interior.

jueves, 11 de julio de 2013

1. LA EDITORIAL SIN BOTAS

Hace varios años, cuando trabajé en la Hemeroteca Nacional, mi entonces compañera Guadalupe Landa me comentó su interés por realizar algún día una investigación bibliográfica sobre la editorial Botas, pues, como me dijo entonces, sigue siendo un gran misterio: Uno de esos misterios con un carácter casi de secreto de Estado.
Al aproximarme a los productos de esa editorial, me ha llamado mucho la atención, como yucateco que soy, la cantidad de autores peninsulares que ha publicado esa casa editorial, y en particular un libro de Ricardo Mimenza Castillo (1888-1943), sobre los templos redondos de Kukulcán, que vió la luz primera en 1938.
Más tarde, he tenido la ocasión de leer lo que escribieron sobre esa empresa Juana Zahar, Marco Fabrizio Ramírez Padilla y Marina Garone, entre otros que también han hecho mención.
A partir de esta indagación, en general podemos describir esta editorial con las siguientes características:
1) Inició en 1905 o 1906 como librería, luego de una venta de libros que hizo como favor quien sería su impulsor primero, don Andrés Botas.
2) En 1910 o 1911, comenzó a funcionar como casa editorial. Fue la primera en México que no cobraba a sus autores para publicarles, sino que los escogía. Según el historiador Ramírez Padilla, el primer libro publicado pudo ser ¡Crimen monstruoso!, del empresario y periodista Ramón P. Buxó, que data de 1911.
3) En 1916, don Andrés pasó la administración a su hijo Gabriel, quien se mantuvo al frente hasta los años 50.
4) El fondo editorial llegó a conformarse con cerca de tres mil obras de autores mexicanos y extranjeros. Su período de mayor esplendor fue entre los años 30 y 50. Al término de la década de los años 50, las producciones se fueron espaciando cada vez más, quizá porque sus principales éxitos los estaban reeditando otras casas editoriales.
5) Entre 1941 y finales de los años 50, publicó las obras de los ganadores del Premio Lanz Duret del periódico El Universal.
6) Las cubiertas de sus libros muestran el interés que puso esta editorial en el trabajo de diseño gráfico. Al respecto, se puede revisar el catálogo de 149 portadas de Botas que tiene en la red la biblioteca de la Universidad de Nuevo México en la siguiente dirección: http://content.unm.edu/cdm/search/collection/botas.
7) Sus tipografías van de lo geométrico a lo caligráfico, en lo cual pudo haber influido, de alguna manera, que la editorial trabajó con varios talleres de impresión.
8) Como elemento de identidad, tuvo al menos cuatro logotipos y un ex libris.
9) Hay evidencias de que el trabajo editorial y de impresión tenía algunas diferencias dependiendo de que un título se publicara a la rústica o en pasta dura. Estas diferencias se notan en los papeles de impresión, en los colores y con los acabados.
10) Publicó varios catálogos de sus publicaciones, así como de libros que vendía en su librería. Entre los conocidos están los siguientes:
1909: Andrés Botas, and Booksellers Firm. Catálogo general de "la exposición literaria", librería de Andrés Botas: esencialmente literaria y de obras científicas. Este catálogo anula los anteriores. México: Vergara número 10.
1919: Librería de Andrés Botas e Hijo. Bibliografía: boletín de la Librería de Andrés Botas e Hijo. México.
1928: Librería Andrés Botas. Andres Botas book sale catalog. México: Librería de Andres Botas.
1936: Ediciones Botas. Catálogo de las Ediciones Botas. México: Ediciones Botas.
1944-1945: Ediciones Botas. Ediciones Botas book sale catalog. México: Ediciones Botas.
1956: Ediciones Botas. Catálogo de precios. México: Eds. Botas.
1958: Librería Andrés Botas. Catálogo de libros de autores mexicanos y de libros impresos en México. México: Andrés Botas.
En 1968, con la muerte de Gabriel Botas se cerró una etapa de la editorial y cada vez fueron más esporádicas las nuevas publicaciones. De esta manera, hasta dos décadas después se dió un viraje hacia la publicación de obras consideradas de más interés para nuevos públicos.
Hace cerca de 10 años, la librería de Botas dejó sus instalaciones de la calle de Donceles, en el Centro Histórico de la ciudad de México, y se traslado al Sur de la ciudad, en la Avenida Taxqueña. En este sitio, aún quedan algunas obras correspondientes al final de su mejor  época.
Todavía falta hacer la bibliografía completa de esta editorial, con lo cual tendríamos, junto con el Catálogo histórico, 1934-2004 del Fondo de Cultura Económica, otro buen punto de observación para contemplar la variedad y la riqueza cultural del México del siglo XX.
En el cuento que Perrault recopiló en el siglo XVII, tenemos que un gato calzado con botas ayudaba a su amo a salir adelante de una manera que hoy consideramos éticamente dudosa. Este relato nos viene a cuento para comprender lo que ha ocurrido con esta editorial cuando ha querido ayudar a la Cultura Nacional para darle realce y publicidad, a fin de encumbrarla como una reina. En el camino, ha perdido las botas, y ahora no convence de sus intenciones por lo que requiere la ayuda de los bibliófilos, de los bibliotecarios y de todos los interesados en su ama Cultura.